Se ha publicado recientemente en la revista Lancet Planet Health, una revisión sobre la dieta de referencia EAT-Lancet y la función cognitiva a lo largo de la vida
A continuación, os mostramos un resumen del artículo que han escrito estos autores. La autoría original de esta investigación corresponde a Boushra Dalile, Curie Kim, Andy Challinor, Lucie Geurts, Eileen R Gibney, Marcelo V Galdos, Giorgio La Fata, Sophie Layé, John C Mathers, David Vauzour, J Martin Verkuyl y Sandrine Thuret.
Para comenzar
La Comisión EAT-Lancet ha diseñado una dieta de referencia sostenible con el objetivo de reducir la incidencia de las enfermedades no transmisibles y la mortalidad a nivel mundial, al tiempo que se mejoraba la sostenibilidad del sistema alimentario. Sin embargo, aún no se ha evaluado en qué medida la dieta de referencia favorece la función cognitiva a lo largo de la vida.
Objetivo de esta investigación
Esta revisión evalúa las evidencias sobre las asociaciones entre la dieta y la función cognitiva en todas las etapas del ciclo vital: desde la infancia hasta la vejez.
Algunas consideraciones fundamentales
Los autores de esta investigación realizaron una búsqueda bibliográfica exhaustiva (no sistemática), sintetizando los estudios que investigaron el efecto de los alimentos en la cognición en humanos sanos y residentes en la comunidad.
La principales evidencias actuales indicaban que la base de estos conocimientos es débil, con conclusiones mixtas y múltiples advertencias respecto a las diferencias metodológicas, lo que impide sacar conclusiones robustas sobre la idoneidad de las recomendaciones dietéticas para cada grupo de alimentos según la grupo de edad. Por todo ello, se considera necesarios la realización de más estudios de intervención a largo plazo y de cohortes prospectivas para incrementar los conocimientos en esta temática. Los autores de esta publicación, consideran fundamental revisar las recomendaciones dietéticas con el objetivo de mantener una ingesta adecuada de nutrientes para conservar una función cognitiva saludable a lo largo de la vida.
Esta revisión examina la evidencia en diferentes grupos de edad, ya que los requerimientos nutricionales para mantener una función cognitiva óptima podrían ser diferentes para los niños adolescentes en comparación con los adultos y las personas mayores. El ejemplo en el que se basan los autores, indica que las evidencias actuales sugieren que la ingesta de carne no está asociada a la función cognitiva en niños y adolescentes, pero que el consumo elevado de este alimento en la edad adulta y en la tercera edad podría ser perjudicial para la función cognitiva. La evidencia sobre los efectos a largo plazo de la dieta en la función cognitiva a lo largo de todas las etapas del ciclo vital y en diversas poblaciones es aún inconsistente. En esta parte del artículo los autores han realizado una figura muy interesante sobre los efectos sobre la función cognitiva del consumo de diferentes componentes de cada grupo de alimentos a lo largo de la vida, según la fuerza de la evidencia revisada.
Limitaciones de las evidencias identificadas y recomendaciones para superarlas
Según los autores, no hay evidencias en relación con los grupos de alimentos concretos en grupos de edad específicos:
• La investigación debe tener en cuenta la dieta de un individuo en su totalidad y considerar las posibles interacciones entre todos los grupos de alimentos.
• Se necesitan datos de alta calidad y relevantes en todas las etapas del ciclo vital.
Recomendaciones que indican los autores:
• Investigar de forma sistemática el efecto de cada grupo de alimentos sobre la función cognitiva. Estos estudios se recomiendan que sean ensayos controlados aleatorizados con la ingesta de un alimento o de múltiples alimentos dentro de un grupo alimentario especificado por la dieta EAT-Lancet o mediante estudios de cohorte prospectivos.
• Estudiar de forma sistemática el efecto de cada grupo de alimentos en la función cognitiva dentro de cada grupo de edad.
La mayoría de las evidencias se basan en análisis transversales:
• Estas evidencias miden múltiples resultados.
• El riesgo de falsos positivos es alto cuando se evalúan múltiples medidas de la función cognitiva y cuando los factores de confusión afectan a la interpretación de los resultados.
Recomendaciones de los autores:
• Utilizar datos de estudios de cohortes prospectivos que incluyan evidencias sobre la exposición dietética y en los que se hayan recogido o puedan recogerse datos sobre la función cognitiva.
• Para minimizar el error de medición, priorizar la realización de estudios con estimaciones repetidas de exposición dietética.
Existe una escasa evidencia de los efectos de la ingesta continuada de alimentos específicos o de múltiples alimentos dentro de un grupo de alimentos
Recomendaciones de los autores:
• Realizar ensayos controlados aleatorizados a medio y largo plazo para investigar los efectos de consumir alimentos específicos o múltiples alimentos.
• Considerar la realización de estudios que incluyan entornos reales en los que la dieta de referencia podría ser de baja calidad nutricional y donde exista la posibilidad de ver cambios en la función cognitiva.
Cuestionarios autoinformados y de frecuencia de alimentos basados en el recuerdo
Recomendaciones de los autores:
• Definir y medir los biomarcadores de la ingesta de alimentos.
• Aumentar el uso de la evaluación dietética prospectiva.
Conclusión
Esta revisión indica recomendaciones para futuros trabajos que ayuden a mejorar la actual deficiencia de conocimientos sobre la ingesta dietética y la función cognitiva a lo largo de la vida. En esta investigación también se exponen las consecuencias en la función cognitiva a lo largo de la vida y sus implicaciones para las recomendaciones dietéticas, como las de la Comisión EAT-Lancet.
Enlace a la referencia
Para conocer más detalles sobre esta temática, puede consultar la publicación que realizaron los autores a texto completo en el siguiente enlace:
https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(22)00123-1/fulltext