Introducción
El tracto gastrointestinal no solo se encarga de digerir los alimentos y absorber los nutrientes que necesitamos para vivir. Actualmente se reconoce que su papel va mucho más allá: es un sistema clave para el bienestar general, ya que interviene en la inmunidad, el metabolismo y la comunicación con el cerebro.
De hecho, el intestino alberga la mayor concentración de células inmunitarias del organismo, regula procesos inflamatorios locales y sistémicos, y se comunica constantemente con el cerebro a través del llamado eje intestino-cerebro, influyendo en el estado de ánimo, el apetito y el comportamiento. Además, en. . .
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