Se ha publicado recientemente en la revista Nutrients, una revisión sistemática (RS) y un metanálisis de las evidencias científicas sobre la comparación de la eficacia de las dietas bajas en carbohidratos (CHO) versus las dietas bajas en grasas en la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2).
A continuación, os mostramos un resumen de esta RS y metanálisis que han elaborado estos autores. La autoría original de esta publicación corresponde a Tanefa A. Apekey, Maria J. Maynard, Monia Kittana y Setor K. Kunutsor.
Para comenzar
La DMT2 es un trastorno metabólico crónico que se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no puede utilizar de forma eficaz la insulina que produce para regular el azúcar en la sangre. La hemoglobina glicosilada es una prueba de diagnóstico de referencia para la diabetes tipo 2 debido a que refleja los niveles de glucosa en sangre en un individuo durante los 3 meses anteriores. La reducción de los niveles de hemoglobina glicosilada se asocia con una reducción de las complicaciones crónicas de la DMT2, como alteraciones cardiacas, vasculares, oculares, renales e incluso la muerte.
Según la OMS la diabetes se ha cuadruplicado desde 1980, siendo más del 95% de los casos DMT2 e incrementándose tanto en adultos como en niños. Se ha demostrado que los factores de riesgo modificables, como los relacionados con los estilos de vida, mantener un índice de masa corporal (IMC) saludable, dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y seguir una dieta saludable, son factores fundamentales para prevenir y retrasar la aparición de DMT2. Las variaciones en los enfoques dietéticos más comunes para el tratamiento de la DMT2 se encuentran en relación con la cantidad y el tipo de CHO y las grasas que se consumen.
Objetivo
El objetivo de los investigadores en esta RS y metanálisis, fue examinar ensayos controlados aleatorizados (ECA) para comparar la eficacia de las dietas bajas en CHO versus bajas en grasas en la DMT2.
Metodología
En esta investigación, los autores realizaron una búsqueda sistemática de ECA en las bases de datos de PubMed, MEDLINE, Embase, Web of Science, Clinical Trials.gov y Cochrane desde enero de 1981 hasta julio de 2021. La búsqueda se actualizó el 12 de octubre de 2022 después de la revisión inicial. Se comparo una dieta baja en CHO (<26% de la energía total o <130 g CHO al día) con una dieta baja en grasa (>26% de la energía total o > 130 g de CHO al día).
Principales resultados
Los autores incluyeron 22 artículos en la RS con 1391 participantes (711 asignados a la dieta baja en CHO y 680 asignados a la dieta baja en grasas), pacientes con DMT2, en su mayoría con obesidad o con sobrepeso. La edad media fue de 36,8 – 67,0 años, el IMC de 25,8 – 38,1 kg/m2, la HbA1c 6,0 – 9,1%, y la duración de la DMT2 de los participantes fue entre 0,3 – 13,5 años, respectivamente. Se realizaron 8 estudios en Asia, 6 en Norteamérica, 5 en Europa y 3 en Australia. La duración media de los ensayos se encontraba entre 2 a 24 meses con una media.
En los principales resultados de este metanálisis, se observó como una dieta baja en CHO en comparación con la dieta baja en grasas redujo significativamente los niveles de hemoglobina glicosilada a los 3 meses, la diferencia media (IC del 95%) fue de -0,41% (-0,62,-0,20). La dieta baja en CHO redujo de forma significativa el peso corporal, el IMC, la circunferencia de cintura, la insulina en ayunas y los triglicéridos y aumentó los niveles de colesterol total y colesterol HDL a corto y mediano plazo, mediante una disminución de la necesidad de medicamentos antiglucemiantes a medio y a largo plazo. No se observaron diferencias significativas en otros parámetros, ni eventos adversos.
Para conocer más sobre esta temática
Las evidencias científicas que han recopilado estos investigadores en esta RS y metanálisis demuestran que aumentar el consumo de proteína se asocia con una mayor saciedad y, por lo tanto, con una reducción de la ingesta de calorías. El efecto de la saciedad explica la reducción significativamente mayor en el peso y en el IMC de la dieta baja en CHO en comparación con la dieta baja en grasas en corto o medio plazo. Además, es importante destacar la pérdida de peso independientemente de la restricción de CHO y de grasas que provocó una reducción del IMC, de los lípidos séricos y de la glucemia. Es necesario mencionar que no fue posible distinguir entre el impacto de los CHO en comparación con la restricción de grasas en estos resultados. Según los autores de esta investigación, la mejoría de estos parámetros clínicos podría atribuirse a la restricción calórica y a la pérdida de peso más que a la restricción de macronutrientes. Por lo que las dietas equilibradas restringidas en calorías pueden tener beneficios y resultados favorables similares.
Para formarte sobre revisiones sistemáticas
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Conclusión
Según los autores de esta RS y metanálisis las dietas bajas en CHO pueden ser adecuadas únicamente para el control a corto plazo de la glucemia y de la pérdida de peso, ya que esta dieta se caracteriza por el consumo de grandes cantidades de grasas saturadas y pequeñas cantidades de frutas, verduras y fibra. Por consiguiente, existe la posibilidad de que las dietas con un contenido muy reducido en CHO tengan un impacto adverso en los perfiles de lípidos, que son los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovasculares.
Enlace a la referencia
Para conocer más detalles sobre esta temática, puede consultar la publicación que realizaron los autores a texto completo en el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/12/12/3774