Se ha publicado recientemente en la revista Advances in Nutrition, una revisión sistemática y un meta-análisis que analiza la relación dosis-respuesta entre la ingesta de té y el riesgo de mortalidad específica por enfermedad cardiovascular y de mortalidad global por todas las causas.
Para comenzar
El té es una de las principales fuentes dietéticas de flavonoides en la dieta estadounidense y la segunda bebida más consumida en todo el mundo. En numerosas investigaciones, se ha observado que los flavonoides procedentes del té podrían presentar potenciales efectos beneficiosos en especial, relacionados con la salud cardiovascular.
El objetivo de esta revisión sistemática
Esta revisión ha recopilado la evidencia científica sobre la relación entre el consumo de té y la mortalidad específica por enfermedad cardiovascular y la mortalidad global por todas las causas en adultos.
Metodología de esta revisión
Para llevar a cabo esta revisión, se buscaron artículos en las siguientes bases de datos: Medline vía PubMed, EMBASE, Web of Science, Cochrane Central Register of Controlled Trials, Food Science and Technology Abstracts y Ovid CAB Abstract. Se identificaron publicaciones en inglés hasta el 1 de noviembre de 2019, incluyéndose según tipo de estudio epidemiológico, ensayos clínicos aleatorizados, estudios de cohortes prospectivos y estudios anidados, estudios de casos y controles (o cohorte de casos). Los estudios recopilados analizaban el consumo de té y el riesgo de sufrir un evento cardiovascular incidente (eventos vasculares cardíacos o periféricos), eventos de accidentes cerebrovasculares (incluida la mortalidad), mortalidad específica por enfermedad cardiovascular o mortalidad global por cualquier causa.
Algunos resultados importantes
Se sintetizaron datos de 39 publicaciones prospectivas de cohortes. En el análisis de meta-regresión lineal se pudo observar que por cada taza (medida equivalente 236,6 ml) que se incrementaba la ingesta de té, se estimaba un aporte de 280 mg y 338 mg flavonoides totales al día para el té negro y verde, respectivamente. Este consumo se asoció con un riesgo un 4% menor de mortalidad por enfermedad cardiovascular, un riesgo un 2% menor de eventos de enfermedad cardiovascular, un riesgo un 4% menor de accidente cerebrovascular y un riesgo un 1,5% menor de mortalidad global por todas las causas.
Los resultados del meta-análisis según subgrupos, mostraron que la magnitud de la asociación fue mayor en personas mayores para ambas mortalidades por enfermedad cardiovascular (n = 4; riesgo relativo, RR agrupado ajustado = 0,89; intervalo de confianza, IC del 95%: 0,83-0,96; valor p = 0,001), con un grado importante grado de heterogeneidad (I2 = 72,4%). Respecto a la mortalidad por todas las causas, también se observaron resultados positivos (n = 3; RR ajustado: 0,92; IC del 95%: 0,90-0,94; valor p <0,0001; I2 = 0,3%).
Una cuestión destacable es que en general, los estudios con mayor riesgo de sesgo parecían mostrar asociaciones mayores que los estudios con menor riesgo de sesgo. La fuerza de la evidencia se calificó como baja y moderada (dependiendo según el grupo de edad de la población) para la mortalidad específica por enfermedad cardiovascular. Por otra parte, se calificó como fuerza de la evidencia baja, los artículos que estudiaban los eventos de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y mortalidad global por todas las causas.
Conclusión
Según la evidencia de esta revisión sistemática y meta-análisis, la ingesta de té de forma habitual como parte de un patrón dietético saludable, puede estar asociado con una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular y un menor riesgo de mortalidad global por todas las causas en adultos.
Enlace a la referencia
Para acceder al artículo completo y poder consultar toda la información, puede entrar en el siguiente enlace:
https://academic.oup.com/advances/advance-article/doi/10.1093/advances/nmaa010/5732737