Recientemente se ha publicado un estudio en la revista Fronteirs in Medicine, sobre el empeoramiento de la salud mental debido a la pandemia por la COVID-19 con datos de la encuesta ASAP (Activity and Health during the SARS – CoV2 Pandemic).
Para comenzar
La mayoría de los países afectados por la pandemia de la COVID-19 han restringido en varias ocasiones la vida social como medida para controlar el contagio. El impacto en la salud de las restricciones de la vida social relacionadas con la COVID-19, se ha estudiado de forma individual en numerosos países.
Los informes de China, Italia y Grecia han sugerido un aumento considerable de la ansiedad y la depresión. Debido a que las medidas de confinamiento afectan a unos 4.000 millones de personas en todo el mundo, es necesario de forma urgente estudiar los cambios en el bienestar mental y físico a escala mundial.
El objetivo de esta investigación
El presente estudio ha investigado la hipótesis de que la restricción de la vida social como medida para disminuir el impacto de la pandemia por la COVID-19 se asocia de forma global con la disminución de la salud psicológica y física.
Algunas cuestiones metodológicas y principales resultados
Los autores realizaron una encuesta multinacional en la que se investigaron los cambios en el bienestar mental y físico (Mental and Physical Well-Being, MWB/PWB) durante la primera ola de la pandemia. La muestra estudiada consistió en un total de 14.975 individuos pertenecientes a 14 países, muestra de respuestas válidas.
En comparación con las restricciones previas, el bienestar mental y físico, medido por el cuestionario de la OMS-5, disminuyó de forma considerable durante las restricciones (de 68,1 a 51,9 puntos). Uno de los resultados más destacables es que el 14,2% de los participantes cumplía el punto de corte para el cribado de la depresión antes de las restricciones y después de las restricciones, este porcentaje se triplicó hasta llegar al 45,2%.
Los factores asociados con las disminuciones clínicamente relevantes en el bienestar mental fueron el sexo femenino, Odds Ratio, OR = 1,20; IC del 95%: 1,11 – 1,29), los altos niveles de actividad física antes de las restricciones (OR = 1,29; IC del 95%: 1,16 – 1,42), la disminución de la actividad física vigorosa durante las restricciones (OR = 1,14, IC del 95%: 1,05 – 1,23) y trabajar fuera de casa (OR = 1,29, IC del 95%: 1,16 – 1,44; OR = 1,35, IC del 95%: 1,23 – 1,47).
También se observaron reducciones, aunque menores para el bienestar físico. Las puntuaciones en la subescala relacionada con el dolor corporal (SF-36) disminuyeron del 85,8 % antes de las restricciones al 81,3% durante ellas. Las disminuciones clínicamente relevantes del bienestar físico se asociaron con el sexo femenino (OR = 1,62; IC del 95%: 1,50 – 1,75), los niveles altos de restricciones de la vida social (OR = 1,26; IC del 95%: 1,18 – 1,36) y ser joven (OR = 1,10; IC del 95%: 1,03 – 1,19).
Los resultados del estudio que han realizado estos autores sugieren que los cierres establecidos durante la pandemia por la COVID-19 han podido provocar efectos negativos importantes relacionados con el bienestar mental y físico. El desarrollo de intervenciones que disminuyan las pérdidas del bienestar mental y físico es esencial para prepararse para próximas oleadas por la COVID-19 o para futuras restricciones de la vida social por circunstancias relacionadas con la salud.
Para profundizar más
La encuesta realizada por estos autores proporciona fuertes indicios de una disminución del bienestar subjetivo en la gran mayoría de los participantes. Es interesante destacar que una proporción sustancial también mejoró. Una de cada siete personas declaró que su salud mental había mejorado y una de cada cinco en la salud física. Las posibles razones de esta circunstancia se deben a una variedad de factores, entre los que son destacables una mayor dedicación a la familia, mayor autonomía en las tareas, una reducción de los viajes de trabajo o la reevaluación de prioridades personales en salud.
También, es necesario tener en cuenta algunos aspectos metodológicos de esta investigación. Este estudio transversal utilizó preguntas retrospectivas. Se ha demostrado que la información autodeclarada de los resultados de salud, puede estar afectada por un sesgo de recuerdo si se refieren al pasado. Aunque se han utilizado periodos de tiempo relativamente cortos (de días a semanas), este fenómeno no debe descartarse por completo en la muestra estudiada. Otra cuestión está relacionada con la influencia y el control de las variables que pueden incluir e interaccionar. Aunque fueron evaluamos muchos factores, como la edad, el sexo, los niveles de actividad física, el modo y el volumen de trabajo, habría sido interesante recopilar datos sobre la educación, la profesión y los ingresos.
Conclusión
Los confinamientos en los países afectados por la COVID-19 han causado importantes reducciones en el bienestar subjetivo mental y físico. Las estrategias que promueven el teletrabajo y el mantenimiento de la actividad física pueden ayudar a prevenir pérdidas en la salud en futuras pandemias o en próximas oleadas de esta enfermedad.
Enlace a la referencia
Para acceder al documento completo y obtener más información detallada puede entrar en el siguiente enlace:
https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmed.2021.578959/full