Se ha publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, un estudio sobre un programa sueco de prevención desde la atención primaria en relación con la promoción de la práctica de actividad física y de seguir un estilo de vida saludable con el objetivo de reducir la mortalidad global y mortalidad la específica por enfermedad cardiovascular (ECV).
Los estilos de vida y la prevención de las enfermedades cardiovasculares
En los últimos años ha aumentado de forma considerable la comprensión de la importancia de las intervenciones sobre los factores de los estilos de vida para la prevención de las ECV. En la actualidad, varios ensayos controlados aleatorizados (ECA) han demostrado que un estilo de vida más saludable y la mejora de los factores de riesgo relacionados con los estilos de vida, pueden reducir la morbilidad y la mortalidad respecto a eventos cardiovasculares. En consecuencia, las recomendaciones para la prevención de las ECV han hecho hincapié en las intervenciones de los estilos de vida como el pilar fundamental desde la prevención primaria y secundaria.
La evidencia científica anterior a este estudio
Se han realizados muchos intentos de aplicación de recomendaciones para mejorar la práctica de actividad física y de algunos factores de los estilos de vida en la práctica clínica. Varios programas de prevención de las ECV han mostrado mejoras en los factores de riesgo de estas enfermedades. Por otra parte, los estudios de los programas de prevención de las ECV desde la atención primaria han mostrado resultados contradictorios en cuanto a su capacidad para reducir los eventos cardiovasculares.
El objetivo de esta investigación
El objetivo de este estudio fue evaluar a largo plazo el riesgo de sufrir un primer evento cardiovascular (CV), muertes por eventos CV y de la mortalidad global por todas las causas, mediante la aplicación de un programa de prevención de ECV en un centro de atención primaria.
Algunas cuestiones metodológicas
Los sujetos visitaron un centro de atención primaria situado en Suecia y aceptaron participaren el programa (1988-1993). Los individuos presentaron al menos un factor de riesgo CV, pero no habían sufrido un infarto de miocardio. Los sujetos recibieron apoyo para aumentar su nivel de actividad física mediante un programa que se lo prescribía. También recibieron consejos sobre la adopción de medidas de promoción de la salud, comportamientos que incluyen clases de cocina, reducción de peso, dejar de fumar y controlar el estrés. Los participantes (n = 5761) fueron comparados con un grupo seleccionado al azar, con puntuación de propensión igual al grupo de referencia de la población general en Estocolmo (n=34.556). Todos los individuos fueron seguidos en los registros suecos hasta diciembre de 2011.
Principales resultados
En el grupo de intervención y en el de referencia había 698 (12,1%) y 4647 sujetos (13,4%) que presentaron eventos CV, 308 (5,3%) y 2261 (6,5%) muertes por ECV, y 919 (16,5%) y 6405 (18,5%) muertes por todas las causas, durante un seguimiento medio de 22 años. El Hazard Ratio, HR (y su intervalo de confianza IC del 95%) en el grupo de intervención en comparación con el grupo de referencia fue, HR= 0,88 (0,81-0,95) para el primer evento CV, HR = 0,79 (0,70-0,89) para las muertes por ECV y HR = 0,83 (0,78-0,89) para mortalidad por todas las causas
Algunas limitaciones de este estudio
Una fuente de sesgo en este estudio pudo ser que no se pudieron tener en cuenta algunos datos como los datos de referencia para ECV, algunos factores de riesgo y algunos factores de los estilos de vida o la comorbilidad en no hospitalizaciones, ya que estos datos no están disponibles en los actuales registros nacionales suecos. Aunque la intervención y los grupos de referencia estaban bien equilibrados en base a las características basales, pudo existir confusión residual, ya que el emparejamiento sólo asegura el equilibrio entre los grupos de algunas mediciones que podrían confundir los resultados. Los análisis multivariantes mostraron que los predictores de padecer un primer evento CV, la mortalidad por ECV y la mortalidad por todas las causas, fueron similares en la intervención y en el grupo de referencia.
Por otra parte, no se pudo informar exactamente de qué tipo de asesoramiento y apoyo recibió cada sujeto, ni qué estilo de vida condujo al cambio o el efecto en los factores de riesgo de ECV, ya que sólo se pudo describir el programa en su conjunto. El programa, que fue desarrollado para apoyar un estilo de vida más saludable, fue extenso y la mayoría de los centros promovían un estilo de vida físicamente activo. Todo el personal sanitario de los centros de salud recibió formación teórica y educación práctica de forma frecuente, en medicina de los estilos de vida y en la prevención de ECV.
Principales aplicaciones prácticas de este estudio
Este estudio muestra que la participación en un programa de atención primaria de la salud, programa de prevención de las ECV centrado en la promoción de actividad física, en los cambios en el estilo de vida y en el manejo de los factores de riesgo, se asoció con la reducción del riesgo de eventos CV, muertes por ECV y muerte por todas las causas después de dos décadas. Aunque varias intervenciones mediante ECAs en el estilo de vida, han mostrado efectos positivos sobre la incidencia y en la mortalidad de las ECV, así como en la mortalidad total, sigue siendo preocupante si estas intervenciones en el estilo de vida serían igualmente eficaces cuando se aplicaran en la comunidad. Por lo tanto, se encuentra esperanzador la posibilidad de implementar un programa a gran escala, un programa de prevención de CV en el día a día de la práctica clínica desde la atención primaria.
Los resultados encontrados en este estudio refuerzan la importancia de identificar a los sujetos más vulnerables, que se beneficiarían en mayor medida de la práctica de la actividad física y de seguir un estilo de vida saludable y otras intervenciones de factores de riesgo desde la atención primaria para prevenir las ECV. También otro aspecto que debe considerarse y ser estudiado es la rentabilidad del programa.
Conclusiones
La participación en la prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante un programa de atención primaria centrado en la promoción de actividad física y la mejora de los estilos de vida, se asoció un menor riesgo de eventos cardiovascular (12%), muertes por enfermedad cardiovascular (21%) y mortalidad por todas las causas (17%) después de dos décadas de seguimiento. La promoción de la actividad física y de una vida saludable en el entorno de la atención médica desde atención primaria, puede prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Enlace a la referencia
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https://bjsm.bmj.com/content/early/2020/07/16/bjsports-2019-101749?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_campaign=bjsm&utm_content=latest&utm_term=20072020