Recientemente se ha publicado en la revista Advances in Nutrition un artículo sobre la optimización del consumo de proteínas en personas mayores, en especial, durante procesos que implican fases caracterizadas por el catabolismo.
Para comenzar
Las DRI (Dietary Reference Intake) definen un rango de consumo dietético aceptable para cada nutriente. El rango se define a partir de la ingesta mínima para evitar el riesgo de inadecuación (es decir, las denominadas RDA, Recommended Dietary Allowance) hasta un límite superior (UL, Upper Limit) basado en un riesgo detectable de presentar efectos adversos en el caso de que se alcance o se supere esta cantidad.
En el caso de la mayor parte de los nutrientes, las RDA mínimas se basan en evitar una deficiencia, mientras que a menudo se recomiendan mayores ingestas para incrementar y potenciar mayores efectos beneficiosos en la salud.
El conocimiento actual y una propuesta de mejora
Actualmente, existe evidencia de que se debería aplicar una lógica similar a las recomendaciones dietéticas para las proteínas. Aunque la dosis diaria recomendada para las proteínas es de 0,8 g/kg de peso corporal, la cantidad establecida como adecuada para evitar deficiencias, múltiples estudios proporcionan evidencias de que muchos adultos mayores pueden beneficiarse de determinadas cantidades, calidades y distribuciones de la proteína más allá de las recomendaciones actuales basadas en las RDA. Además, los requisitos dietéticos respecto a las proteínas, depende en gran medida de los aminoácidos constituyentes y, en particular, de los 9 considerados como indispensables. La leucina es uno de los ejemplos más importantes de un aminoácido esencial en el que las RDA indican una cantidad de 42 mg/kg de peso corporal, siendo significativamente inferior que los 100-110 mg/kg necesarios para optimizar la regulación del metabolismo y la síntesis de las proteínas del músculo esquelético.
Planteamiento de esta investigación
En esta revisión se ha destacado los beneficios de las dietas con un mayor contenido en proteínas para optimizar la salud durante el envejecimiento, la inactividad o el reposo o algunas condiciones con alteraciones metabólicas como la diabetes tipo 2.
Principales cuestiones para recordar
En relación con las DRI y en particular en los rangos aceptables de distribución de macronutrientes (Acceptable Ranges of Macronutrient Distribution AMDR), para la proteína se estableció como 10-35% de la ingesta de energía (0,8 g/kg/día) a 2,5 g/kg/día, valores que permanece sin modificaciones. Sin embargo, según la opinión de estos autores bajo su comprensión, la ingesta de proteínas ideal para los individuos continúa evolucionando, siendo necesaria las actualizaciones de forma continua de algunas cuestiones fundamentales.
La evidencia científica actual indica que la ingesta óptima de proteínas es más que un simple porcentaje de la ingesta energética total diaria y que otras cuestiones como el consumo específico según los momentos del día de consumo y su cantidad en cada una de ellas, o la calidad, son también fundamentales. Algunos factores como el aumento de la edad o la disminución de la actividad física reducen la eficiencia de la renovación de las proteínas, especialmente en el músculo esquelético, lo que tiene como consecuencia una reducción de la masa, de la fuerza y de la regulación metabólica.
La reducción de la eficiencia, caracterizada como resistencia anabólica, puede superarse de forma parcial, mediante el incremento del consumo de la cantidad de proteínas y de la calidad de los momentos de la comida de forma independiente. Las investigaciones más recientes sugieren que las comidas que contienen un aporte igual o mayor a 30 g de proteína de alta calidad, definida por un perfil equilibrado de aminoácidos esenciales, incluyendo al menos 2,5 g de leucina, puede contribuir a superar la resistencia anabólica en los adultos mayores y con ello optimizar la salud muscular de este colectivo tan vulnerable.
Algunas líneas importantes de investigación
En este artículo de revisión, se exponen y se argumentan algunas líneas de investigación de especial importancia en la actualidad. Las más destacables son las siguientes:
- El papel anabólico de las proteínas dietéticas durante el envejecimiento.
- El consumo de proteínas para mitigar los efectos catabólicos de un traumatismo agudo o en pacientes con reposo en la cama.
- La proteína dietética, el control glucémico y su relación con la diabetes mellitus tipo 2.
Conclusión
Los rangos aceptables de distribución de macronutrientes para la proteína se han establecido como un aporte de entre el 10 al 35% de la ingesta energética total, lo que equivale a una cantidad de entre 0,8 g/kg/día a 2,5 g/kg/día. La evidencia científica actual sugiere que las comidas que contienen un aporte igual o mayor a 30 g de proteína de alta calidad, definida por un perfil equilibrado de aminoácidos esenciales e incluyendo una cantidad igual o mayor a 2,5 g de leucina, puede mejorar la salud muscular de la población mayor.
Enlace a la referencia
Para acceder al documento completo y obtener más información, puede consultar el siguiente enlace: https://academic.oup.com/advances/article/11/4/S1058/5871183