Recientemente se ha publicado en la revista Nutrients, un artículo sobre la fortificación en alimentos como la harina de maíz, el aceite, el arroz, la sal y la harina de trigo, en relación con determinados niveles de ingesta con datos de 15 nutrientes en 153 países.
Para comenzar
El enriquecimiento y la fortificación de los alimentos tiene como objetivo mejorar el perfil nutricional de las dietas. Las deficiencias de vitaminas y minerales son un problema de salud pública mundial. Debido a que una causa fundamental de estas carencias de micronutrientes es la pobreza, la prevalencia de estas deficiencias en micronutrientes es superior en los países de ingresos bajos y medios respecto a los países que tiene más recursos desde el punto de vista económico.
Se calcula que el 51% de los niños en edad preescolar sufren una o varias carencias de micronutrientes. Además de los niños, las mujeres en edad fértil presentan un riesgo incrementado de padecer carencias de micronutrientes. Las deficiencias de micronutrientes en estos grupos de edad afectan a los resultados de la salud infantil, siendo los más destacables: el crecimiento fetal e infantil, el desarrollo cognitivo y las principales funciones de los sistemas inmunológico, nervioso y visual.
El objetivo de este estudio
El objetivo de esta investigación ha sido estimar la contribución potencial de nutrientes de la harina de maíz, el aceite, el arroz, la sal y la harina de trigo fortificados en 153 países, utilizando la ingesta nacional (o la disponibilidad) de los alimentos y de los niveles de nutrientes requeridos para la fortificación.
Algunas cuestiones metodológicas
Las carencias de hierro, vitamina A y yodo son las más comunes. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el enriquecimiento de los alimentos mejora los resultados en salud y funcionales, como se ha demostrado en ensayos controlados aleatorizados y en numerosas evaluaciones respecto a la aplicación a gran escala en muchos países.
Esta investigación se ha realizado bajo dos escenarios. Por una parte el denominado escenario máximo, en el que se supone que el 100% de los alimentos se procesan y enriquecen industrialmente, y el enfoque denominado realista, en el que el valor máximo se ajusta en función del porcentaje de alimentos procesados y enriquecidos industrialmente.
Principales resultados
En la hipótesis del escenario máxima, la mediana de las necesidades medias estimadas (Estimated of Average Requirement, EAR) en las que se cubría el requerimiento oscilaba del 22 al 75 % para 14 nutrientes (vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B12, D, E, ácido fólico y calcio, flúor, hierro, selenio y zinc) y un 338% para el yodo.
En el escenario realista, la mediana de los EAR cumplidos fue 181 % para el yodo y < 35 % para los demás nutrientes. En ambos escenarios, la mediana de nivel de ingesta superior tolerable (Tolerable Upper Intake Level, UL) se cumplió en < 55 % para todos los nutrientes. En el escenario realista, ningún país superó el 100 % de los niveles máximos de ingesta para cualquier nutriente.
Los sistemas actuales de enriquecimiento de los cinco alimentos de interés que han sido estudiados en profundidad en esta investigación tienen el potencial global de aportar hasta 15 nutrientes a la dieta de poblaciones de todo el mundo con un riesgo mínimo de sobrepasar el UL.
Para profundizar
En este artículo, se estudia en detalle los siguientes aspectos a destacar:
- La contribución potencial de nutrientes se ha calculado para dos escenarios en cada país.
- La comparación de la contribución de los nutrientes a las ingestas dietéticas de referencia.
- Las principales limitaciones de los análisis llevados a cabo por los autores de esta investigación.
- Los países, los alimentos y los nutrientes incluidos en los análisis basados en el intercambio mundial de datos sobre fortificación (Global Fortification Data Exchange, GFDx 2020).
- La contribución potencial de los nutrientes en los escenarios máximos y en los realistas expresada como la mediana de la contribución, porcentaje de la estimación de las necesidades medias (EAR), cumplidas y porcentaje del nivel de ingesta superior tolerable (UL) para los nutrientes en los requisitos de fortificación de la harina de maíz, el aceite, el arroz, la sal y la harina de trigo.
- El porcentaje de alimentos procesados industrialmente y el porcentaje de alimentos fortificados en países con los análisis basados en el intercambio mundial de datos sobre fortificación.
De esta forma, los alimentos enriquecidos y fortificados son una estrategia que apoya los esfuerzos de los países para reducir y controlar las deficiencias de micronutrientes con una intervención basada en este tipo de alimentos.
Por otra parte y al mismo tiempo, hay poco riesgo de que estos alimentos enriquecidos o fortificados, tal y como están diseñados y utilizados en la actualidad, aporten un exceso de nutrientes a la dieta. No obstante, el seguimiento continuo es una cuestión sumamente necesaria. Este seguimiento está justificado mediante la supervisión continua de la contribución de los nutrientes de los alimentos enriquecidos para garantizar que se aporten cantidades que sean eficaces para evitar deficiencias en nutrientes y que sean seguras mediante la formulación de alimentos enriquecidos o fortificados.
Conclusión
Esta investigación ha utilizado datos de numerosos países con requisitos de fortificación para la harina de maíz, el aceite, el arroz, la sal y la harina de trigo, para estimar su potencial contribución a la ingesta de nutrientes. Las prácticas actuales de enriquecimiento y fortificación de estos alimentos tienen el potencial de aportar hasta 15 nutrientes a la dieta, algunos contribuyendo en una pequeña proporción de las necesidades de nutrientes y otros en un porcentaje mayor respecto a las necesidades.
Enlace a la referencia
Para acceder a más información y obtener detalles sobre esta investigación, puede acceder al siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/13/2/579