Se ha publicado esta semana en la revista JAMA, un artículo corto de opinión sobre las intervenciones terapéuticas y las vacunas en relación con la COVID-19, respecto a la asociación sin precedentes que se está estableciendo a nivel mundial.
Para comenzar
Ha pasado más de un siglo desde que el mundo se ha encontrado con una pandemia como la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) y su tasa de propagación asombrosa en todo el mundo y con ello, la morbilidad y la mortalidad asociadas a esta enfermedad. Para abordar lo que puede ser la mayor crisis de salud pública de esta generación, es necesario que todos los sectores de la sociedad trabajen juntos, de forma sistemática y con una velocidad sin precedentes.
El comienzo y la evolución de la COVID-19
El virus fue comunicado por primera vez en Wuhan (China) en diciembre de 2019. La COVID-19 es causada por un coronavirus novedoso altamente transmisible, SARS-CoV-2 (síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2). En marzo de 2020, la COVID-19 se propagó de forma rápida por Europa y por los Estados Unidos. Por ello, la mayoría de los investigadores y los profesionales de todo el mundo acordaron que sería necesario ir más allá de lo habitual, para contener este agente infeccioso sin precedentes. Las empresas de investigación biomédica están dispuestas a responder al desafío de la COVID-19, pero pronto se convirtió en una evidente coordinación muy necesaria.
Los ensayos clínicos de investigación con vacunas al comienzo en enero y con esperanzas de tener una vacuna dentro de 12-18 meses. Los ensayos clínicos de ensayos experimentales se han iniciado mediante múltiples terapias, pero la mayoría, son estudios pequeños y no son aleatorizados.
Respecto a los Estados Unidos, no había un proceso nacional general, ya sea en el proceso público o privado para priorizar los agentes terapéuticos candidatos y las vacunas, respecto a todas las opciones en relación con los ensayos clínicos que podría ser desarrollados para soportar esta emergencia de salud pública. Muchos factores clave han tenido que modificarse para poder abordar de forma eficaz y rápida la COVID-19.
Hacia una unión sin precedentes a nivel mundial
El 3 de abril, los líderes de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH), con la coordinación de la Fundación para los Institutos Nacionales de Salud (Foundation for the National Institutes of Health, FNIH), se reunió con numerosos líderes de investigación y de desarrollo de las empresas biofarmacéuticas, junto con líderes de los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA), la Administración de la Autoridad Avanzada de Investigación y del Desarrollo, la Agencia Europea de Medicamentos y numerosos expertos académicos. Los participantes buscaron urgentemente identificar las lagunas en la investigación y discutir oportunidades de colaborar de manera acelerada para abordar los desafíos complejos de la COVID-19.
Estas discusiones han culminado en una decisión para formar una asociación público-privada para centrarse en la aceleración del desarrollo y en el despliegue de terapias y vacunas para la COVID-19. Esta unión reunió grupos para centrarse en las terapias preclínicas, la capacidad de los ensayos clínicos y las vacunas. Además de los miembros fundadores, entre los miembros del grupo, destacan científicos de alto nivel de empresas y agencias, los Centros para el Control de Enfermedades y la Prevención, el Departamento de Veteranos y el Departamento de Defensa.
¿Qué ha supuesto las diferencias entre las anteriores situaciones y la situación actual?
Aparte de la incuestionable urgencia y una enorme necesidad a nivel de salud pública planteada por la pandemia de la COVID-19, un factor clave que ha ayudado a acelerar la formación de esta asociación entre el gobierno de los Estados Unidos y de Europa, ha sido el directo involucramiento desde el principio mediante organismos reguladores.
Todos los integrantes, incluidos los gerentes de los programas de expertos de los Institutos Nacionales de Salud, han participado de forma activa en la coordinación y organización de los elementos necesarios para convertir este mandato en la aceleración de la investigación y realizarse en el menor tiempo posible. Con las importantes contribuciones de su tiempo, su experiencia y su ingenio, los socios de ACTIV (Accelerating COVID-19 Therapeutic Interventions and Vaccines) han adoptado el espíritu de gran colaboración a nivel mundial por un bien común. Esta asociación sin precedentes es necesaria para obtener una respuesta eficaz y sostenida en esta situación de pandemia mundial.
Enlace a la referencia
Para acceder al documento completo y obtener más información, puede consultar el siguiente enlace:
https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2766371