Se ha publicado recientemente en la revista Journal of the American Heart Association, un estudio sobre las modificaciones en la ingesta de frutos secos y el riesgo de enfermedad cardiovascular, con datos de tres grandes estudios de cohortes prospectivos con población estadounidense.
La importancia de la enfermedad cardiovascular a nivel mundial
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en muchos países del mundo. Esta enfermedad es en gran medida prevenible a través de la mejora de la calidad de la dieta y de otros factores de los estilos de vida factores, como la práctica de ejercicio físico. La calidad de la dieta ha mejorado de forma ligera entre la población estadounidense en las últimas 2 décadas. La mejora en la calidad dietética se debe principalmente a un aumento de la ingesta de granos enteros, frutos secos y semillas y a una disminución del consumo de bebidas azucaradas y de alimentos con ácidos grasos trans.
El objetivo de esta investigación
El objetivo de este estudio fue evaluar la asociación entre las modificaciones en el consumo total y por tipos específicos de frutos secos y el riesgo de enfermedad cardiovascular incidente en hombres y mujeres estadounidenses.
Principales cuestiones metodológicas
Para este estudio se incluyeron 34.103 hombres del Health Professionals Follow-Up Study, el estudio de Seguimiento de profesionales de la salud (1986–2012), 77.815 mujeres del Nurses Health Study, el estudio de Salud de Enfermeras, NHS (1986–2012) y 80.737 mujeres del NHS II (1991–2013).
Para valorar el consumo de alimentos, se evaluó la ingesta de frutos secos utilizando cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos validados. Para realizar el análisis estadístico se empelaron modelos de regresión de Cox multivariantes para examinar la asociación entre cambios a los 4 años en el consumo de frutos secos.
Los resultados más importantes
En los principales resultados de este estudio, se pudo observar que por cada aumento de 0,5 porciones al día, que se incrementaba la ingesta total de frutos secos, se asociaba con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, riesgo relativo, RR = 0,92; IC del 95%, 0,86–0,98), un menor riesgo de enfermedad coronaria (RR = 0,94; IC del 95%, 0,89–0,99) y un menor riesgo de accidente cerebrovascular (RR = 0,89; IC del 95%, 0,83–0,95).
En comparación con las personas que permanecieron sin consumir estos alimentos en el período de 4 años, los sujetos que tuvieron una mayor ingesta total de frutos secos (≥0,5 porciones/ día) presentaron un riesgo menor de enfermedad cardiovascular (RR = 0,75; IC del 95%, 0,67–0,84), menor riesgo de enfermedad coronaria (RR = 0,80; IC del 95%, 0,69–0,93) y menor riesgo de accidente cerebrovascular (RR = 0,68; IC del 95%, 0,57–0,82) en los próximos 4 años.
Los sujetos que disminuyeron la ingesta de frutos secos en ≥0,5 porciones/ día presentaron un riesgo mayor de padecer enfermedad cardiovascular (RR = 1,14; IC del 95%, 0,99–1,32), un incremento del riesgo de enfermedad coronaria (RR = 1,06; IC del 95%, 0,88–1,28) y un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (RR = 1,28; IC del 95%, 1,02–1,60) en comparación con los individuos que mantuvieron su consumo de frutos secos.
¿Qué aporta de forma novedosa este estudio?
Se ha evaluado si los cambios en la ingesta total de frutos secos y el consumo específico de algunos tipos de frutos secos a lo largo del tiempo estaban asociados con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
El aumento del consumo total de frutos secos y de algunos tipos específicos (nueces, avellanas, almendras o cacahuetes) se asociaron con un riesgo menor de enfermedad cardiovascular de forma posterior.
¿Qué implicaciones clínicas presenta este estudio?
Mantener un consumo regular de frutos secos está asociado con un menor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular.
La incorporación de frutos secos en la dieta es beneficiosa para la prevención de enfermedad cardiovascular, incluso entre aquellos sujetos que anteriormente no consumía frutos secos.
La sustitución de alimentos menos saludables por frutos secos está asociada con una reducción del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Conclusión
Según los resultados de este estudio, el aumento del consumo total de frutos secos y de algunos tipos específicos (avellanas, almendras, nueces y cacahuetes) en estos 3 estudios de cohortes prospectivos de Estados Unidos, se asoció con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. La incorporación de una variedad de frutos secos como parte de un patrón dietético saludable, y cardioprotector, disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Enlace a la referencia
Para acceder al artículo completo y obtener más información, puede consultar el siguiente enlace:
https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/JAHA.119.013877