Se ha publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity, un estudio de cohortes realizado en el Reino Unido sobre los factores de riesgo relacionados con los estilos de vida, los mecanismos inflamatorios y la hospitalización por la COVID-19.
La importancia de esta investigación
Este es el primer estudio que se ha realizado a gran escala de la población general sobre los factores de riesgo relacionados con factores de los estilos de vida (fumar, inactividad física, obesidad y un consumo excesivo de alcohol) para COVID-19. Para ello se han utilizado datos de cohortes prospectivas mediante una vinculación al registro nacional de hospitalizaciones.
Una breve descripción sobre la metodología
Los participantes fueron 387.109 hombres y mujeres (56,4 años de media y un 55,1% fueron mujeres) que residían en Inglaterra y que pertenecían al estudio del Biobanco del Reino Unido. La actividad física, el tabaquismo y el consumo de alcohol, fueron evaluados mediante un cuestionario al inicio del estudio (2006-2010). Se utilizó como indicador de la obesidad, el índice de masa corporal, a partir de la altura y el peso medidos. La variable resultado que se midió fueron los casos de COVID-19 lo suficientemente graves como para justificar una hospitalización del 16 de marzo del 2020 al 26 de abril del 2020.
Algunos resultados importantes
Durante el periodo de estudio, se produjeron 760 casos de COVID-19. Después de ajustar por la edad, el sexo y mutuamente por los factores relacionados con los estilos de vida, se observó para la inactividad física, un riesgo relativo, RR = 1,32, intervalo de confianza del 95%, IC, 1,10-1,58), para el tabaquismo (RR = 1,42; 1,12 – 1,79) y la obesidad (RR = 2,05;1,68 – 2,49) pero no en el caso del consumo de alcohol en exceso (RR = 1,12; 0,93 – 1,35). También se encontró un incremento dependiente de la dosis en el riesgo de padecer COVID-19 con resultados menos favorables en el estilo de vida, de tal manera que los participantes en la categoría más adversa presentaron un riesgo cuatro veces mayor (RR = 4,41; 2,52 – 7,71) en comparación con los individuos con un estilo de vida más saludable. Los niveles de proteína C reactiva se asociaron con un riesgo elevado de COVID-19 dosis dependiente y en una parte importante (alrededor, del 10-16%) explicaba las asociaciones entre factores de los estilos de vida adversos y padecer COVID-19.
Basado en las estimaciones de prevalencia de factores de riesgo en el Reino Unido, los comportamientos no saludables en combinación representan hasta el 51% de fracción atribuible de la población que presentaban una situación grave de COVID-19. Estos hallazgos sugieren que un estilo de vida poco saludable es sinónimo de un incremento del riesgo de enfermedades no transmisibles, siendo por lo tanto un factor de riesgo para la hospitalización por COVID-19, que podría explicarse en parte por la inflamación de bajo grado. La adopción de cambios sencillos en estos factores de los estilos de vida podría reducir el riesgo de desarrollar una infección severa.
Limitaciones de la presente investigación
En este trabajo existen varias limitaciones que han querido destacar los propios autores. Algunos casos de COVID-19 podrían haber sido recopilados en pacientes que, de forma inicial, estuvieran hospitalizados por otras razones independentes de esta enfermedad. En este estudio los autores no han tenido en cuenta las infecciones por COVID-19 tratadas sin hospitalización; si no solo los casos de las personas con una infección lo suficiente grave como para justificar la atención hospitalaria. Este grupo de población se trata de un grupo específico, en relación con la población general, y, por consiguiente, la muestra de este estudio es más saludable y mejor presenta mayor nivel educativo. Aunque este hecho puede significar que las estimaciones de la aparición de enfermedades, incluyendo la COVID-19, podrían presentar poco utilidad, porque el rango de exposición es amplio, es destacable que la muestra de estudio es grande y las asociaciones de factores de riesgo podrían no verse afectadas. La fracción atribuible de la población refleja la prevalencia del factor de riesgo y de su asociación con el resultado que se está considerando, suponiendo que el factor de riesgo tiene un vínculo causal con el resultado. Los resultados de estos autores se basan en datos observacionales y, por consiguiente, los hallazgos actuales de la fracción atribuible a la población podrían sobreestimar la proporción de personas hospitalizadas COVID-19 que podría evitarse si se modificarán algunos factores relacionados con los estilos de vida.
Conclusión
El papel de la inflamación de bajo grado en la susceptibilidad por la infección por COVID-19 sigue sin comprenderse de forma completa. Los datos de esta investigación sugieren que una inflamación de bajo grado fue un factor de riesgo para presentar COVID-19 en su forma severa, y parcialmente, explicó algunas relaciones entre los comportamientos relacionados con los factores de los estilos de vida y padecer esta infección.
Enlace a la referencia
Para acceder al artículo a texto completo y obtener más información, puede entrar en el siguiente enlace:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S088915912030996X?via%3Dihub