¿Está relacionado el consumo de carne con la salud mental?
Recientemente se ha publicado una revisión sistemática (RS) sobre la carne y la salud mental en relación con la restricción del consumo de estos alimentos y la depresión, ansiedad y algunos parámetros relacionados.
Para comenzar
El vegetarianismo por razones éticas o religiosas es anterior a la historia moderna. Sin embargo, la práctica común de abstenerse de la ingesta de carne en relación con la salud es un fenómeno reciente que comenzó en el siglo XIX y XX. Dado que hace un siglo, la ciencia de la nutrición estaba comenzando, las primeras recomendaciones sobre la superioridad de las dietas sin carne, en relación con una mejora de la salud se basaban más en sentimientos religiosos y morales que en pruebas empíricas. Sin embargo, a medida que, avanzaban los conocimientos en nutrición humana y en las enfermedades, el vegetarianismo en relación con la salud ha ganado credibilidad científica con relación al estatus moral y ético.
El objetivo de esta investigación
El objetivo de este estudio fue examinar la relación entre el consumo o la restricción de la carne y la salud psicológica y el bienestar.
Metodología
Los autores realizaron una búsqueda sistemática en las bases de datos (Medline vía PubMed, PsycINFO, CINAHL Plus y Cochrane Library) para encontrar investigaciones primarias que examinaran la salud psicológica de las personas que consumen carne y de los que no la consumen. Los criterios de inclusión fueron que en los artículos se ofreciera información clara de distinción entre los consumidores de carne y los no consumidores de carne, y datos sobre factores relacionados con la salud psicológica. Se excluyeron los estudios que examinaban el consumo de carne como una variable continua o multinivel. Se recopilaron los datos resumidos y se realizaron análisis cualitativos de rigor metodológico.
El resultado principal que se recopilaba fue la disparidad en la prevalencia de la depresión, la ansiedad y las afecciones relacionadas en los consumidores de carne en comparación a los que no ingerían este grupo de alimentos. Los resultados secundarios incluyeron el estado de ánimo y conductas autolesivas.
Algunos resultados importantes
Dieciocho estudios cumplieron con los criterios de inclusión y de exclusión. Estas investigaciones representaban a 160.257 participantes (85.843 mujeres y 73.232 hombres) con 149.559 consumidores de carne y 8584 no consumidores de este grupo de alimentos (11 a 96 años) y procedentes de múltiples regiones geográficas. El análisis del rigor metodológico informó que los estudios oscilaban entre un riesgo de sesgo bajo y grave, con una confianza en los resultados de alta a muy baja. Once de los 18 estudios demostraron que la restricción total en el consumo de carne estaba asociado a una peor salud psicológica, cuatro estudios fueron ambiguos, cuatro estudios fueron equívocos y tres mostraron que los no consumidores de carne tenían mejores resultados.
Para profundizar más
El propósito de esta RS fue proporcionar evidencia para informar y dar orientaciones útiles tanto en la práctica clínica como en las investigaciones futuras. Los estudios más rigurosos demostraron que la prevalencia o el riesgo de depresión y/o ansiedad eran significativamente mayores en los participantes que evitaban el consumo de carne. Los estudios que examinaban la relación entre el consumo o la restricción total de la ingesta de carne y la salud psicológica variaban sustancialmente en cuanto a rigor metodológico, validez de la interpretación y confianza en los resultados. La mayoría de los estudios, y especialmente los de mayor calidad, mostraron que los sujetos que evitaban el consumo de carne tenían tasas o riesgos significativamente mayores de depresión, ansiedad y/o conductas autolesivas. Se obtuvieron pruebas controvertidas sobre las relaciones temporales, pero los diseños de los estudios y la falta de rigor impidieron que se produjera un cambio en el comportamiento. También el diseño de los estudios y la falta de rigor, impidieron inferir relaciones causales. Por consiguiente, según los autores de este estudio, no se debería evitar el consumo de carne como estrategia para mejorar la salud psicológica.
Conclusión
La literatura científica en la relación con consumir o evitar su ingesta y la salud psicológica varía de forma sustancial, tanto en el rigor como en la validez de la interpretación. Los estudios de mayor calidad han sugerido que los sujetos que evitaban consumir carne presentaban un mayor riesgo o prevalencia de padecer depresión, ansiedad y autolesiones.
Enlace a la referencia
Para acceder al documento completo y obtener más información, puede entrar en el siguiente enlace: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10408398.2020.1741505