Se ha publicado recientemente en la revista Nutrients, una revisión sistemática (RS) y meta-análisis de estudios observacionales sobre la ingesta de productos ultraprocesados y salud mental.
A continuación, os mostramos un resumen de esta RS y meta-análisis que han desarrollado estos autores. La autoría original de este manuscrito corresponde a Melissa M. Lane, Elizabeth Gamage, Nikolaj Travica, Thusharika Dissanayaka, Deborah N. Ashtree, Sarah Gauci , Mojtaba Lotfaliany, Adrienne O’Neil, Felice N. Jacka y Wolfgang Marx.
Para comenzar
Los trastornos mentales se encuentran entre las principales causas de carga de enfermedades mundial. Un informe reciente del Estudio sobre la Carga Mundial de las Enfermedades indicó que a pesar de la mayor disponibilidad de tratamientos (por ejemplo, el aumento de las prescripciones), no se ha reducido la carga de los trastornos mentales desde 1990. La Comisión Lancet sobre salud mental global y desarrollo sostenible, destacó que la salud mental es un derecho humano fundamental y pidió la mejora y la unificación de los servicios de salud mental en la respuesta global a las prioridades sanitarias. La eficacia de las estrategias de prevención y tratamiento de los gobiernos y las comunidades sanitarias mundiales para reducir la carga de los trastornos mentales requieren de una comprensión exhaustiva de los factores para poder disminuir su prevalencia.
La mala calidad de la dieta está establecida como un factor de riesgo potencialmente modificable para de los trastornos mentales. Desde hace algunas décadas, las asociaciones de la mala calidad de la dieta con las enfermedades mentales se han centrado principalmente en el estudio de la depresión. Estas asociaciones han examinado principalmente la calidad de la dieta o los análisis de los patrones alimentarios, como el consumo de carne roja y procesada y de cereales refinados, o el contenido de macronutrientes, como la ingesta de grasas saturadas y azúcares. Sin embargo, hay nuevas evidencias que implican diferentes grados de procesamiento de los alimentos como un indicador de la calidad de la dieta en los trastornos mentales. Es destacable de los meta-análisis anteriores, que estos estudios sólo se han centrado en la depresión y han contado con un número muy pequeño de estudios disponibles para su inclusión.
El objetivo de esta investigación
El objetivo de esta RS y meta-análisis era aprovechar las revisiones realizadas anteriormente para sintetizar y metaanalizar la base de las evidencias actuales y aclarar las asociaciones entre el consumo de alimentos ultraprocesados y los trastornos mentales.
Cuestiones metodológicas y resultados más importantes
Se incluyó un total de 17 estudios observacionales (lo que suponía una n de 385.541 sujetos), de estos estudios 15 eran transversales y 2 prospectivos. Un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asoció de forma transversal con mayores probabilidades de desarrollar síntomas depresivos y de ansiedad, tanto cuando estos resultados se evaluaron de forma conjunta (Odds Ratio, OR de síntomas de trastornos mentales comunes: 1,53, IC del 95%: 1,43 – 1,63) como por separado (OR de los síntomas depresivos: 1,44, IC del 95%: 1,14 – 1,82; y OR de los síntomas de ansiedad: 1,48, IC 95%: 1,37 – 1,59). Además, el metaanálisis de estudios prospectivos demostró que una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados se asociaba con un mayor riesgo de depresión posterior (cociente de riesgos, Hazard Ratio, HR: 1,22; IC del 95%: 1,16 – 1,28).
Principales implicaciones
En las últimas décadas se ha producido una sobrerrepresentación en la fabricación, venta y la ingesta de alimentos ultraprocesados en muchos sistemas alimentarios a nivel mundial, y las proyecciones futuras muestran una tendencia al alza continua. El principio de precaución para tratar el consumo de alimentos ultraprocesados (así como su producción y distribución) en las nuevas de las organizaciones sanitarias gubernamentales e internacionales, se está adoptando cada vez más. Esta recomendación está respaldada por las evidencias cada vez más numerosas que demuestran que el consumo de alimentos ultraprocesados contribuye a una salud mental y física subóptima y a un incremento de la mortalidad. A pesar de las limitaciones señaladas, la revisión de estos autores se suma a estas evidencias y refuerza los datos observacionales y experimentales que demuestran el papel de los patrones dietéticos más saludables y de las intervenciones dietéticas complementarias, como las dietas mediterráneas y antiinflamatorias en la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales. Según los autores de esta investigación, se necesitan más estudios prospectivos y experimentales de diseño riguroso para determinar mejor la direccionalidad y la causalidad y garantizar que las estrategias globales de prevención y de tratamiento sean eficaces y adecuadas.
Conclusiones
La presente revisión sugiere que existen asociaciones bidireccionales entre la ingesta de alimentos ultraprocesados y una peor salud mental. Las evidencias más sólidas se derivan de meta-análisis que consisten en su mayor parte en estudios transversales con el consumo de alimentos ultraprocesados como variable de exposición y los síntomas de trastornos mentales comunes, depresión y ansiedad, como resultado. Estos metaanálisis demostraron asociaciones directas con los síntomas depresivos y de ansiedad evaluados conjuntamente como por separado.
Enlace a la referencia
Para conocer más detalles sobre esta temática, puede consultar la publicación que realizaron los autores a texto completo en el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/14/13/2568/htm