Se ha publicado en Lancet Commissions un artículo de la Comisión de EAT Lancet en relación con las dietas saludables en el contexto de los sistemas alimentarios sostenibles
La importancia de los hidratos de carbono en una dieta saludable
La población consume diferentes alimentos como las fuentes principales de hidratos de carbono para mantener el objetivo de la ingesta energética. La evidencia científica no sugiere una proporción específica de la energía en forma de este macronutriente, pero sí que parece aconsejable mantener a menos del 60% de la energía, enfatizando siempre la importancia del consumo de cereales de gran entero (CGE). Por todo ello, se propone un consumo de CGE de 232 g/día y de 50 g/día de tubérculos y verduras ricas en almidón.
Una ingesta alta de CGE y de fibra dietética (FD) procedente de los CGE se ha asociado con la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV), de diabetes mellitus tipo 2 (DM T2) y de la mortalidad general. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una dieta saludable definida mediante un aporte adecuado de energía, así como de proteínas, vitaminas y minerales mediante el consumo de una diversidad importante de alimentos. Entre todos los alimentos presentan especial importancia los CGE, las verduras de color verde y naranja, las carnes, los pescados, las legumbres, los frutos secos y las frutas.
Es importante destacar que, en las investigaciones sobre la carga mundial de enfermedades crónicas, las principales modificaciones respecto a los factores dietéticos se deben centrar en reducir la ingesta de sodio, así como un incremento en el consumo de CGE, frutas, verduras y frutos secos, debido a que son los componentes más relacionados con la mortalidad. La ingesta de una diversidad de CGE, frutas frescas y verduras, frutos secos y semillas, es una parte importante de una dieta saludable, siendo beneficiosa tanto desde el punto de vista evolutivo para el planeta y para la salud humana, como para lograr una diversidad importante de la dieta.
Patrones dietéticos saludables y basados en alimentos vegetales
Una dieta saludable de referencia debe caracterizarse por un alto aporte de CGE, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y aceites insaturados e incluir una cantidad moderada o baja de mariscos y aves de corral. Además, puede incluir en cantidades muy pequeñas (o no incluir) carnes rojas y procesadas, azúcares añadidos, cereales de grano refinado y verduras con un contenido muy alto en almidón.
Los enfoques prácticos para su aplicación desde el punto de vista de la evidencia científica actual de las dietas basadas en alimentos vegetables, es la asignación de valores positivos al consumo de alimentos saludables vegetables (pero no a los cereales refinados o al azúcar) y valores negativos a muchos alimentos de origen animal. El estudio de estos patrones se ha asociado de manera inversa y lineal con el riesgo de enfermedad coronaria (a mayor seguimiento de estos patrones dietéticos, menor riesgo de desarrollar enfermedades y mortalidad). Por lo tanto, estos hallazgos sugieren que se debe enfatizar la importancia de modificar nuestra dieta hacia un patrón dietético que enfatice el consumo de CGE, frutas, verduras, frutos secos y legumbres sin necesidad de llegar a realizar una dieta vegetariana estricta, lo que se traducirá en numerosos beneficios para la salud.
Conseguir el objetivo universal para mejorar el desarrollo sostenible está al alcance de todos, pero se requiere de la adopción de objetivos científicos por parte de todos los sectores con el objetivo de estimular tanto acciones individuales y como de las organizaciones (todos los sectores y todas las escalas).
Algunos mensajes claves
A continuación, se presenta un breve resumen de los principales puntos clave citados en este artículo de referencia:
- Los alimentos menos saludables y producidos de manera menos sostenible plantean un riesgo para la salud de la población y para el planeta. Más de 820 millones de personas no tienen suficientes alimentos y muchos no siguen una dieta saludable lo que contribuye a un incremento de la morbilidad y de la muerte prematura. La producción mundial de alimentos es una de las mayores causas de conflicto.
- Las tendencias actuales de la dieta, combinadas con las proyecciones del crecimiento de la población (unos 10.000 millones de personas en 2050), incrementa los riesgos anteriormente mencionados. La carga mundial de enfermedades crónicas se prevé que empeore y que los efectos de la producción de alimentos aumenté la pérdida de la estabilidad de los sistemas de la Tierra. Entre estos efectos cabe destacar los gases de efecto invernadero, la contaminación por nitrógeno y fósforo, la pérdida de biodiversidad y el uso masivo del agua.
- La transformación a las dietas saludables a partir de alimentos sostenibles se considera necesaria para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como los objetivos basados en la evidencia científica respecto a las dietas saludables y a la producción sostenible de alimentos.
- Las dietas saludables deben proporcionar una ingesta calórica adecuada, basándose en una diversidad importante de alimentos de origen vegetal, pequeñas cantidades de alimentos de origen animal, así como cantidades limitadas de cereales refinados, alimentos altamente procesados y azúcares añadidos.
- La transformación a dietas saludables para el 2050 requerirá cambios sustanciales, incluyendo una reducción de más del 50% del consumo de alimentos no saludables (carnes rojas y azúcar) y un incremento de más del 100% de la ingesta de alimentos saludables (CGE, verduras y legumbres, frutos secos y frutas).
- Es probable que los cambios de la dieta actual, hacia una patrón dietético más saludable suponga beneficios que se traducirán en 10,8-11,6 millones de muertes menos por año.
- La producción de alimentos ha causado importantes riesgos y por ello la producción sostenible debe establecerse dentro de un espacio seguro para los sistemas alimentarios. La producción sostenible de alimentos para unos 10.000 millones de personas debe salvaguardar la biodiversidad y reducir el consumo inapropiado de agua mediante una gestión responsable. Otras medidas a destacar son la reducción de la contaminación de nitrógeno y de fósforo, limitar la producción de dióxido de carbono y la disminución de las emisiones de metano y de óxido nitroso.
- La transformación hacia una producción de alimentos sostenible para 2050 requiere al menos una reducción del 75% de las brechas de rendimiento, una redistribución del uso de fertilizantes de nitrógeno y de fósforo, el reciclaje de fósforo y mejoras en la eficiencia del uso de fertilizantes y de agua. Otras medidas importantes son la aplicación rápida de la agricultura para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de prácticas de ordenación de la tierra que modifican la agricultura de una fuente de carbono. Por consiguiente, es necesario un cambio en las prioridades de producción.
- Los objetivos científicos para una dieta saludable a partir de alimentos sostenibles están entrelazados con todos los sistemas sostenibles de las Naciones Unidas y con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
- Lograr dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles requerirá cambios importantes, fundamentalmente hacia patrones saludables de alimentación, grandes reducciones del desperdicio de alimentos, así como mejoras en las prácticas de producción de alimentos.
Conclusión
Los patrones dietéticos saludables deben caracterizarse por un consumo alto de cereales de grano entero, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y aceites saludables. Una ingesta alta de cereales de grano entero y de fibra dietética procedente de cereales de grano entero se ha asociado con la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 y de la mortalidad general.
Enlace a la referencia
Para obtener más información y consultar el documento a texto completo, puede entrar en el siguiente enlace:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673618317884?via%3Dihub