Se ha publicado recientemente en la revista Nutrients, una revisión narrativa (RN), sobre el efecto de las estrategias de estilo de vida saludable en el manejo de la resistencia a la insulina (RI) en niños y adolescentes con obesidad.
A continuación, os mostramos un resumen de la revisión que han elaborado estos autores. La autoría original de esta publicación corresponde a Valeria Calcaterra, Elvira Verduci, Mateo Vandoni, Virginia Rossi, Julia Flore, Julia Massini, Clarissa Berardo, Alejandro Gatti, Paola Baldassarre, Alessandra Bosetti y Gian Bisenso Zuccotti.
Para comenzar
La obesidad infantil se caracteriza por un alto riesgo de diferentes trastornos metabólicos, incluida la RI, que es un vínculo importante entre la obesidad y otras complicaciones metabólicas y cardiovasculares. La RI se caracteriza por la capacidad reducida de la insulina para estimular la utilización de glucosa por parte del músculo y el tejido adiposo, así como en la supresión de la producción de glucosa hepática. También, provoca una resistencia a la acción de la insulina sobre el metabolismo de las proteínas, el metabolismo de los lípidos, la función del endotelio vascular y la expresión génica. Otros factores que se asocian con la sensibilidad a la insulina son: la obesidad, el origen étnico, el sexo, los factores perinatales, la pubertad, el estilo de vida sedentario y la dieta. En niños con obesidad, la composición de la dieta podría ser un factor adicional que puede promover y empeorar la RI.
Objetivo
Los autores de esta investigación examinaron el efecto de las estrategias basadas en un estilo de vida saludable en el manejo de la RI en niños y adolescentes con obesidad.
Metodología y estructura de esta revisión
Esta revisión recopila evidencia de artículos científicos originales, ensayos clínicos y metanálisis. Los autores evaluaron los resúmenes de la literatura disponible (n=326) y revisaron los textos completos de artículos potencialmente relevantes (n=212) que fueron analizados en profunidad. En esta revisión, se realizó una búsqueda en las siguientes bases de datos: MEDLINE (PubMed), Scopus, EMBASE y Web Of Science.
A continuación, les mostramos los apartados más relevantes y de son de lectura recomendada:
- Obesidad infantil, RI y tejido adiposo.
- Beneficios del ejercicio en la sensibilidad a la insulina.
- Estrategia nutricionales para la modulación de la RI.
- Suplementación nutricional.
Obesidad infantil, resistencia a la insulina y tejido adiposo
La obesidad infantil es una afección multisistémica que presenta varias complicaciones, que incluyen, hiperinsulinemia, RI, hipertensión, dislipidemia, disfunción endotelial, síndrome de ovario poliquístico y otras enfermedades que disminuyen la esperanza de vida. Según la OMS, cerca de 41 millones de niños menores de 5 años y más de 340 millones de adolescentes entre 5 y 19 años presentan sobrepeso u obesidad. Los pacientes pediátricos con sobrepeso u obesidad, presentan hiperinsulinemia y tienen aproximadamente un 40% menos de glucosa estimulada por la insulina en comparación con los niños en normopeso. La RI está estrechamente relacionada con el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (DM2).
Beneficios del ejercicio en la sensibilidad a la insulina
El ejercicio se define como la actividad física planificada, estructurada y repetitiva que tiene como objetivo final o intermedio la mejora de un estado físico. Según los centros para el control y la prevención de enfermedades, se recomienda que los niños de 3 a 5 años deben ser activos durante todo el día para un crecimiento y desarrollo adecuado. En el caso de los niños y adolescentes de 6 a 17 años se sugiere al menos 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a fuerte diariamente. Además de mejorar el estado físico general y contribuir a la pérdida de peso, el ejercicio se ha asociado con múltiples efectos positivos en la salud de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad, como una mejor sensibilidad a la insulina, función cardiovascular y endotelial, niveles más bajos de LDL y niveles más altos de HDL. Según otra investigación mencionada en esta RN, el ejercicio de alta intensidad durante 12 semanas redujo la acumulación de grasa hepática y visceral, y disminuyó la RI en jóvenes con obesidad.
Estrategias nutricionales para la modulación de la resistencia a la insulina
Respecto a los enfoques dietéticos y la intervenciones en los estilos de vida, los patrones dietéticos (PD) han sido ampliamente estudiados en las últimas décadas. Dentro de los PD, se ha prestado gran atención a la dieta mediterránea (DietMed), como un PD equilibrado asociado con menores factores de riesgo y enfermedades metabólicas en niños y adolescentes. La DietMed se caracteriza por el alto consumo de verduras, frutas, legumbres y cereales, una ingesta moderada de carne, productos cárnicos y lácteos. La DietMed ha sido evaluada como una posible estrategia de intervención para reducir la RI en niños. Aunque los carbohidratos son el principal estímulo para la secreción de insulina, estudios recientes han señalado que no son los únicos. De hecho, las proteínas y grasas de la dieta también provocan una respuesta insulínica significativa.
Suplementación nutricional
Respecto a la ingesta de probióticos, la disbiosis microbiana intestinal es un factor de riesgo emergente que puede modular la sensibilidad a la insulina y el riesgo de DM2. Por lo tanto, la modulación de la microbiota intestinal podría presentar un gran potencial para tratar la obesidad, la RI y prevenir la progresión a DM2.
En relación con la fibra, este componente dietético se caracteriza por sus efectos relacionados con una mejor homeostasis de la glucosa y un menor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como la obesidad y la DM2.
La vitamina D juega un papel central en el metabolismo óseo, pero también está involucrada en la homeostasis de la glucosa, promueve la liberación de insulina, su transcripción y sus genes receptores y promueve la expresión del transportador de glucosa GLUT4 en los músculos y su translocación en los adipocitos.
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Conclusión
Las estrategias para prevenir la obesidad y la RI deben implementarse en las primeras etapas de la vida, por lo que es importante resaltar las siguientes recomendaciones: una dieta sana y equilibrada, una ingesta calórica adecuada y la práctica de actividad física. Por lo tanto, las estrategias preventivas como el ejercicio físico y el seguimiento de un PD saludable, pueden ser útiles para disminuir el proceso inflamatorio y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la obesidad.
Enlace a la referencia
Para conocer más detalles sobre esta temática, puede consultar la publicación que realizaron los autores a texto completo en el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/14/21/4692