Se ha publicado recientemente en la revista Nature, un artículo sobre el eje intestino-cerebro y la preferencia por el azúcar.
Un poco de historia sobre la evolución del consumo de azúcar
El azúcar es una fuente fundamental de energía para todos los seres y, en consecuencia, la mayoría de las especies han evolucionado hacia circuitos cerebrales dedicados a reconocer e impulsar su consumo. En los seres humanos, el reclutamiento de estos circuitos por recompensa y placer, en lugar de por necesidades, se cree que es uno de los contribuyentes más importantes al exceso del consumo de azúcar y por ello, a un incremento de las tasas de obesidad. En el siglo XIX el consumo medio de un estadounidense fue menos de 4,5 kg de azúcar al año. Hoy en día, debido a la amplia disponibilidad de azúcar refinado, el consumo medio es de más de 45 kg por año.
El sabor dulce en nuestro organismo
Los compuestos dulces son detectados por células receptoras de sabor específicas situadas en el epitelio de la lengua y en el paladar. La activación del sabor dulce en las células receptoras envía señales al cerebro con el objetivo de provocar el reconocimiento de compuestos de sabor dulce. Numerosos autores han estudiado la activación de los circuitos que vinculan los receptores del sabor dulce en la lengua a la captación que producen los sabores dulces.
Principales cuestiones de esta revisión
Incluso en ausencia de una vía funcional de sabor dulce, los animales pueden adquirir una preferencia por el azúcar. Además, aunque los edulcorantes artificiales activan el mismo receptor de sabor dulce que los azúcares y pueden hacerlo con una gran cantidad de afinidad, no sustituyen la preferencia por el azúcar. El sabor del azúcar es una de las percepciones sensoriales más básicas para los seres humanos y otros animales. Los animales pueden desarrollar una fuerte preferencia por el azúcar, incluso si carecen de los receptores del sabor dulce, lo que indica un mecanismo independiente del gusto.
En este trabajo, se muestra que la glucosa actúa en el intestino para activar un circuito neural que comunica al cerebro cuando hay presencia de azúcar. Los autores han examinado la preferencia por el azúcar y demuestran que un conjunto de neuronas en los ganglios vagales y en el tronco cerebral, se activan a través del eje intestino-cerebro para desarrollar la preferencia por el azúcar. Estas neuronas se estimulan en respuesta al azúcar, pero no de los edulcorantes artificiales y se activan mediante la llegada directa del azúcar al intestino. Mediante la valoración de imágenes de la actividad del eje intestino-cerebro, se han identificado las neuronas activadas por la administración intestinal de glucosa.
Los autores estudiaron ratones en los que la actividad sináptica en este circuito de intestino- cerebro fue silenciada genéticamente, para impedir el desarrollo de un comportamiento hacia la preferencia por el azúcar. Además, se ha demostrado que la captación de este circuito y la activación quimiogenética, puede crear otro tipo de preferencias.
¿Cuál podría ser la ventaja de un sistema de detección de azúcar del eje intestino-cerebro?
Un sistema de detección después de la ingesta en el intestino, asegura que la señalización sólo se produce de forma posterior a cuando las moléculas de azúcar alcanzan una absorción efectiva y se consumen desde el punto de vista metabólico. La asociación entre la activación de este circuito de intestino-cerebro en conjunto, con el reconocimiento del azúcar por el sistema de sabor, ofrece a todos los seres la capacidad de identificar, desarrollar y reforzar, una preferencia por los alimentos ricos en azúcar. La asociación evolutiva de estos dos circuitos independientes, proporciona la combinación de la nutrición con el sentido básico de gusto.
Líneas futuras de investigación
En el futuro, sería de interés determinar si la preferencia por otros nutrientes esenciales también está mediada por el eje intestino-cerebro. En particular, se han introducido edulcorantes artificiales en los productos de consumo hace más de cuatro décadas. Sin embargo, su impacto global en la disminución del consumo de azúcar, la preferencia y el deseo, han sido insignificantes.
Actualmente, puede entenderse a nivel del circuito (es decir, en relación con el azúcar) los edulcorantes no activan el circuito de preferencias y este hecho implicaría que podría ser posible desarrollar una nueva clase de edulcorantes que activen tanto el receptor del sabor dulce en la lengua como del eje intestino-cerebro y, en consecuencia, contribuir a disminuir la apetencia por el consumo de azúcar.
Conclusión
Los resultados de esta revisión indican la relación entre una vía de detección de azúcar después de la ingesta en el eje intestino-cerebro, siendo fundamental este nuevo enfoque para el estudio del desarrollo de la preferencia por el azúcar. Existen numerosas diferencias que pueden explicar los efectos conductuales de los edulcorantes frente a los del azúcar, así como el circuito esencial que subyace a los efectos que provoca la apetencia por el azúcar.
Enlace a la referencia
Para acceder a más información y consultar el artículo completo, puede entrar en el siguiente enlace:
https://www.nature.com/articles/s41586-020-2199-7