Se ha publicado recientemente en la revista Journal of Nutrition un ensayo clínico aleatorizado sobre el consumo de bebidas energéticas y cambios cardiovasculares y metabólicos en personas jóvenes.
El consumo de bebidas energéticas
La evidencia científica sugiere una relación entre el consumo de bebidas energéticas y eventos adversos, incluido la muerte. En este estudio se examinaron efectos cardiovasculares y metabólicos agudos de las bebidas energéticas y mezclas que proporcionan los ingredientes principales de este tipo de bebidas, comparando un producto similar (grupo control) semejantemente sin estos componentes.
Metodología del estudio
En este ensayo aleatorizado y cruzado participaron 38 adultos con un IMC medio de 23 kg/m2 y una edad media de 22 años. Se estudiaron los efectos de una sola administración de una bebida energética, el producto similar de estos componentes y el producto suplementado con los ingredientes principales de las bebidas energéticas en las mismas concentraciones. Los productos utilizados en este estudio se administraron a 2 volúmenes, 750 o 1000 mL.
Ambos volúmenes de los productos del estudio se toleraron sin efectos dependientes de la dosis en relación con la presión arterial (PA), frecuencia cardíaca, medición del intervalo de duración del segmento QT del electrocardiograma ajustado a la frecuencia cardiaca (intervalo de QTc) y metabolismo de la glucosa.
Principales resultados
Después del consumo de bebidas energéticas, el 11% de los participantes indicaron síntomas, en comparación con el otro grupo (0–3%) que consumieron los otros productos de estudio.
Después de 1 hora, el consumo de bebidas energéticas aumento la PA sistólica de forma estadística significativa (de 117 a 121 mm Hg) y la prolongación del intervalo QTc (393 a 401 ms). También la cafeína, pero no la taurina o la glucuronolactona, provocó un aumento de la PA, pero ninguna prolongación del intervalo QTc.
Los efectos en la PA fueron más pronunciados después de 1h y volvieron a la normalidad después de unas horas. Todos los productos de estudio produjeron una disminución de la glucosa sérica y un aumento en las concentraciones de insulina después de 1 h en comparación con los valores iniciales, correspondientes a una elevación en el índice HOMA.
Conclusiones
Una sola ingesta de una cantidad importante de bebida energética (750-1000 ml) provocó cambios adversos agudos en la presión arterial, en el intervalo QT (intervalo de duración del segmento QT del electrocardiograma ajustado a la frecuencia cardiaca) y en la sensibilidad a la insulina en adultos jóvenes sanos. Estos efectos del consumo de bebidas energéticas no se pueden atribuir de forma aislada a componentes característicos de estas bebidas como cafeína, taurina o glucuronolactona.
Enlace a la referenciaPara obtener más información y acceder al artículo completo, puede consultar el siguiente enlace: https://academic.oup.com/jn/article/149/3/441/5365182