Se ha publicado recientemente en la revista Circulation, una revisión sistemática y un metaanálisis con resultados de ensayos clínicos sobre el efecto del consumo de aceite de coco, en comparación con otros aceites y factores de riesgo cardiovascular.
Para comenzar
El aceite de coco es rico en grasas saturadas y, por lo tanto, puede elevar las concentraciones de colesterol en suero. Sin embargo, algunos estudios han encontrado algunos efectos beneficiosos, incluso en algunos parámetros relacionados con factores de riesgo cardiovascular.
El objetivo general de este trabajo fue realizar una revisión sistemática para valorar el efecto del consumo de aceite de coco en los lípidos en sangre y otros factores de riesgo cardiovascular en comparación con otros aceites. Esta revisión sistemática y meta-análisis se ha realizado con datos procedentes de ensayos clínicos.
Principales cuestiones metodológicas
Para llevar a cabo este objetivo, se realizaron búsquedas en las bases de datos de Medline vía PubMed, SCOPUS, Cochrane y Web of Science con fecha de hasta junio de 2019. Fueron seleccionados estudios según el tipo de diseño epidemiológico, ensayos clínicos, que compararon el efecto del consumo de aceite de coco con otras grasas. Asimismo, también se tuvo en cuenta que los estudios al menos tuvieran una duración de 2 semanas. Dos revisores seleccionaron de forma independiente los artículos, realizaron la extracción de los datos y realizaron una valoración crítica de la calidad de los estudios encontrados de acuerdo con las pautas de PRISMA.
Las pautas PRISMA están basadas en evidencias científicas para presentar información de revisiones sistemáticas y de meta-análisis, basándose normalmente en ensayos aleatorizados, aunque se pueden emplear en otro tipo de diseños. Esta herramienta sirve para realizar una valoración crítica de las revisiones sistemáticas que han sido publicadas.
Los resultados principales de interés seleccionados para este estudio fueron: los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (colesterol LDL), los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), los niveles de colesterol total, los niveles de triglicéridos, algunas medidas de grasa corporal, algunos marcadores de inflamación y la glicemia. Para realizar la agrupación de los datos, la combinación estadística de los datos y el meta-análisis, se seleccionó un modelo de efectos aleatorios (modelo que asume que los estudios incluidos en la revisión constituyen una muestra aleatoria de todos los estudios existentes y el recomendado por muchos autores, en especial, cuando los estudios presentan cierta heterogeneidad).
Para valorar el grado de heterogeneidad, se calculó el estadístico I2 que indica la proporción de la variación entre estudios respecto de la variación total, es decir, la proporción de la variación total que es atribuible a la heterogeneidad. Se empleó la puntuación de Jadad para evaluar la calidad metodológica de los ensayos clínicos. La escala de Jadad considera 5 ítems relacionados con cuestiones de la aleatorización, la secuencia de aleatorización, el doble ciego, el método de enmascaramiento y la descripción de las pérdidas del seguimiento y los abandonos. Su puntuación oscila entre 0-5 puntos y a mayor puntuación mejor calidad metodológica del ensayo.
Algunos resultados importantes
Para realizar la combinación estadística de los resultados, fueron seleccionados 16 artículos para el meta-análisis. Respecto a los resultados considerados para su análisis, estuvieron disponibles en todos los ensayos, los datos de los lípidos en sangre, en 8 ensayos los datos sobre el peso corporal, en 5 ensayos los datos del porcentaje de grasa corporal, en 4 ensayos la medida de la circunferencia de la cintura, en 4 ensayos la glucosa plasmática en ayunas y en 5 ensayos con proteína C reactiva.
Como resultado principal de este meta-análisis, se pudo observar que el consumo de aceite de coco incrementó de forma significativamente el colesterol LDL en 10,47 mg / dl (intervalo de confianza, IC 95%: 3,01-17,94; I2 grado de heterogeneidad = 84%, N = 16) y los niveles de colesterol HDL en 4,00 mg / dl (IC 95%: 2,26-5,73; I2 = 72%, N = 16) en comparación con otros aceites vegetales no tropicales. Es importante destacar, que estos efectos se mantuvieron significativos después de eliminar los ensayos no aleatorizados o ensayos de baja calidad (se consideraron ensayos de baja calidad cuando según la puntuación de Jadad, el ensayo tenía < de 3 puntos). La ingesta de aceite de coco no afectó significativamente a los marcadores de glucemia, inflamación y adiposidad en comparación con los aceites vegetales no tropicales.
Perspectiva clínica
Este estudio aporta evidencia nueva sobre los resultados procedentes de un metaanálisis que incluyó 16 ensayos, encontrándose que el consumo de aceite de coco incrementaba de forma significativa las concentraciones de colesterol LDL en comparación con aceites vegetales no tropicales. Es importante también tener en consideración dos cuestiones:
• Aunque el consumo de aceite de coco también incrementó las concentraciones de colesterol HDL, los esfuerzos para reducir la enfermedad cardiovascular en relación con el riesgo de incrementar el colesterol HDL, no han sido del todo concluyentes.
• No se encontró evidencia de posibles efectos beneficiosos del consumo de aceite de coco, en comparación con aceites vegetales no tropicales, en relación con la adiposidad o la glucemia y marcadores inflamatorios.
Implicaciones clínicas de los principales hallazgos de este estudio
En la actualidad, se está observando una creciente popularidad del consumo de aceite de coco debido a sus supuestos beneficios para la salud. Según los resultados de este estudio, sería preocupante el alto consumo de aceite de coco en detrimento de otros aceites vegetales que aportarían mayores beneficios para la salud. El aceite de coco no debería considerarse como uno de los aceites más saludables para la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular.
Conclusión
Según los resultados de esta revisión sistemática y metaanálisis de ensayos clínicos, el consumo de aceite de coco incrementa de forma estadísticamente significativa los niveles de colesterol LDL, en comparación, con aceites vegetales no tropicales. Por lo tanto, es necesario considerar otros aceites vegetales para que se consuman en mayor medida.
Enlace a la referencia
Para acceder al meta-análisis completo y obtener toda la información, puede consultar el siguiente enlace: