Recientemente se ha publicado en la revista BMC Medicine un artículo de investigación sobre la adhesión a la Dieta Atlántica del Sur de Europa con datos pertenecientes al estudio ENRICA (estudio de nutrición y riesgo cardiovascular en España).
Antecedentes
La Dieta Atlántica del Sur de Europa (Southern European Atlantic Diet, SEAD) es la dieta tradicional del norte de Portugal y del noroeste de España. Una mayor adhesión a la SEAD se ha asociado con menores niveles de algunos factores de riesgo cardiovascular y un menor riesgo de infarto de miocardio. Sin embargo, no se conoce si este hecho se traduce en una menor mortalidad global por todas las causas.
Algunos de los fundamentos de la SEAD son controvertidos, ya que el consumo elevado de carne roja y productos del cerdo se ha asociado a menudo con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas, cáncer y una mayor mortalidad. Por otra parte, la evidencia científica ha asociado el consumo de patatas con un posible incremento del riesgo de desarrollar diabetes mellitus de tipo 2. Es necesario destacar que estas características de la SEAD difieren de otros patrones dietéticos saludables que se han relacionado de forma sistemática con un riesgo menor de enfermedades crónicas y de mortalidad, destacando entre ellos la Dieta Mediterránea o la adhesión al Índice de Alimentación Saludable Alternativo, denominado en la literatura científica, Alternate Healthy Eating Index, AHEI.
El objetivo de esta investigación
Para comprender mejor el impacto de la SEAD en la salud, los autores de esta investigación han utilizado datos longitudinales del estudio Seniors-ENRICA-1 para examinar la asociación entre la adhesión de la SEAD y sus 9 componentes dietéticos, en relación con la mortalidad por todas las causas en adultos mayores.
Algunas cuestiones metodológicas
Para la realización de este estudio, los datos se tomaron de la cohorte Seniors-ENRICA-1, que incluía a 3165 individuos representativos de la población no institucionalizada de ≥ 60 años en España. Para estimar la adhesión al SEAD, se utilizaron componentes dietéticos en forma de alimentos, con las puntuaciones propuestas por algunos autores y que habían sido utilizados en estudios posteriores sobre este patrón dietético.
Los autores calcularon el consumo habitual (g/día) de cada uno de los 9 componentes de este patrón alimentario, que fueron los siguiente:
- pescado fresco (excluido el bacalao);
- bacalao;
- carne roja y productos del cerdo;
- lácteos;
- legumbres y verduras (excluyendo las consumidas en sopa);
- sopa de verduras;
- patatas independientemente del método de cocción;
- pan integral;
- vino.
En el caso de los participantes del estudio que contaban con 3 años de seguimiento, se promedió el consumo de alimentos de referencia y del seguimiento. Para los que no tenían datos del seguimiento, se utilizó los datos de forma basal del consumo de alimentos. Posteriormente, se calcularon sus medianas específicas según sexo respectivamente de cada componente dietético (alimento) excepto el vino, como gramos por cada 1000 kcal al día.
Respecto a las ingestas de los sujetos que se situaban por encima de la mediana de consumo se puntuaron con 1 punto, mientras que los que estaban en la mediana o por debajo de ella obtuvieron 0 puntos. En relación con el consumo de vino, los hombres que bebían > 0 y ≤ 2 vasos/día y las mujeres que bebían > 0 y ≤ 1 vasos/día recibieron 1 punto, mientras que no se daban puntos por > 2 vasos/día en los hombres, > 1 vaso/día en las mujeres, o 0 vasos/día. Para finalizar, se obtuvo la adhesión a la SEAD como la suma de las puntuaciones de estos 9 componentes grupos de alimentos (rango posible de 0- 9 puntos).
El estado vital se determinó con el Índice Nacional de Mortalidad de España. Los análisis estadísticos se realizaron mediante modelos de regresión de Cox y se ajustaron para los principales factores de confusión.
Principales resultados
En este estudio, durante una mediana de seguimiento de 10,9 años, se produjeron 646 muertes. Una mayor adhesión al SEAD se asoció con una menor mortalidad por todas las causas (Hazard Ratio, HR ajustado, intervalo de confianza, IC del 95%, por incremento de 1 desviación estándar en la puntuación de la puntuación SEAD, HR = 0,86 (0,79 – 0,94); p de tendencia < 0,001). La mayoría de los componentes dietéticos – alimentos de la puntuación SEAD mostraron cierta tendencia a reducir la mortalidad por todas las causas, especialmente el consumo moderado de vino HR = 0,71 (0,59 – 0,86).
Los resultados fueron robustos y consistentes mediante la aplicación de diferentes análisis de sensibilidad. La asociación protectora entre el SEAD y la muerte por todas las causas fue de una magnitud similar a la encontrada para el Mediterranean Diet Adherence Screener (MEDAS, índice desarrollado en el estudio PREDIMED) por un incremento de 1 desviación estándar, HR = 0,89 (0,80 – 0,98) y el AHEI, HR = 0,83 (0,76 – 0,92).
La importancia de poder generalizar los resultados
Es importante, considerar algunas cuestiones de especial importancia, a la hora de estudiar los resultados de esta investigación. Se debe precisar que en este estudio participaron personas ≥ 60 años, por lo que los resultados pueden no ser aplicables de forma necesaria a poblaciones más jóvenes. Por otra parte, es necesario considerar si la asociación entre la adhesión a la puntuación SEAD y la mortalidad influía antes del inicio del estudio, la selección de sujetos de mayor edad podría haber sesgar las estimaciones hacia la nulidad. Esto se podría haber producido debido a que los participantes que habían sobrevivido hasta el momento a pesar de su menor adhesión a la puntuación SEAD presentaban menos probabilidades de morir por cualquier otra causa, independientemente de su dieta. Por otro lado, la asociación del estudio podría ser más fuerte en los sujetos de mayor edad que en los más jóvenes debido a una mayor exposición acumulada a la dieta en los años o décadas anteriores a la inscripción. Por consiguiente, tal y como indican los propios autores de esta investigación, los resultados de esta investigación coinciden con los de otros autores sobre la adhesión al SEAD y que habían sido realizados previamente en poblaciones más jóvenes, de Portugal y del noroeste de España.
Debido a que la dieta puede cambiar con el tiempo y sus efectos sobre la mortalidad podrían ser acumulativos y tener largos periodos de inducción, es necesario recopilar más evidencias de otras investigaciones científicas con mediciones repetidas de la dieta y seguimientos a más largo plazo. También sería muy recomendable que las investigaciones futuras evaluarán el efecto del SEAD en poblaciones distintas de las de España y Portugal.
Conclusiones
En población adulta mayor representativa de España, una mayor adhesión a la Dieta Atlántica del Sur de Europa (Southern European Atlantic Diet, SEAD), se asocia con una menor mortalidad a largo plazo. El menor riesgo de mortalidad global asociada a la puntuación del SEAD es consistente en todos los análisis realizados y es similar a la de otros patrones dietéticos saludables, como la Dieta Mediterránea (mediante el índice Mediterranean Diet Adherence Screener, MEDAS) o el índice de alimentación saludable alternativo (Alternate Healthy Eating Index, AHEI).
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Enlace a la referencia
Para acceder al artículo completo y obtener más información detallada puede entrar en el siguiente enlace:
https://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12916-021-01911-y