Recientemente, se ha publicado en la revista Nutrients un artículo sobre el desarrollo y la validación de un cuestionario para evaluar la adhesión a la pirámide de los alimentos saludables, para población adulta española.
Para comenzar
Los estudios sobre análisis de los patrones de alimentación de la población y el grado de adhesión a hábitos saludables, proporciona una información muy valiosa sobre la frecuencia y la distribución de numerosos componentes dietéticos. Sin embargo, los patrones de alimentación son muy difíciles de medir y la inexactitud de la evaluación puede ser un obstáculo bastante importante para comprender su impacto en las relaciones dieta-enfermedad y, por ende, en el diseño correcto de intervenciones a nivel comunitario.
La obtención de datos confiables sobre el consumo de alimentos a nivel individual es clave y es una eslabón necesario en la promoción de la salud y de la prevención de desarrollar numerosas enfermedades crónicas. Se han desarrollado varios instrumentos para medir la ingesta de alimentos. Los métodos comúnmente utilizados son el método de recuerdo dietético de 24 o 72 horas (24h DR/72h-DR), los cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos (CFC), el enfoque de dieta duplicada, la historia de la dieta, el registro de la dieta y el registro de consumo de alimentos, presentando cada uno de ellos numerosas fortalezas y limitaciones.
El objetivo de este estudio
Los autores de esta investigación diseñaron y validaron un cuestionario nuevo de adhesión a la pirámide de alimentos saludables Healthy Food Pyramid (HFP, AP-Q), con el objetivo de mejorar los instrumentos anteriores.
La metodología de la validación de este instrumento
El cuestionario fue autoadministrado e incluyó 28 preguntas de 10 categorías (actividad física, hábitos de salud, hidratación, cereales, frutas, verduras, tipo de aceite, productos lácteos, proteínas animales y aperitivos). Respondieron a las encuestas, una muestra de la población de 130 adultos españoles, obteniéndose unas puntuaciones específicas de cada categoría y una puntuación global de adhesión al AP-Q. La validación de este instrumento se realizó a través del análisis de componentes principales (Principal Component Analysis, PCA) y la consistencia interna mediante la prueba alfa de Cronbach.
El AP-Q también fue validado externamente mediante el test de KIDMED, contestado por 45 individuos de la cohorte. La puntuación global del AP-Q fue de 5,1, con una consistencia interna del 64%. El análisis mediante el PCA extrajo siete componentes principales, que explicaron el 68,5% de la varianza. El análisis global de la puntuación AP-Q se asoció de forma positiva con la puntuación del test de KIDMED. Los datos de estos autores han sugerido que el AP-Q es un cuestionario completo y robusto para evaluar la adherencia a la HFP, con varias ventajas entre las que son destacables, lo fácil y completo que es, su rentabilidad, el escaso tiempo y que tiene la capacidad de evaluar, además de la dieta, varias características relacionadas con el estado de salud. Los autores de este trabajaron, han sugerido que el AP-Q podría ser útil en investigación epidemiológica, aunque requiere una calibración adicional para analizar su reproducibilidad y la validación en otras poblaciones.
Principales fortalezas de este estudio
Una de las ventajas del AP-Q como método para estimar la calidad de la dieta de una población, es el bajo coste que implica y su simplicidad. Las principales limitaciones de los métodos directos más comunes como son los R-24h o los CFC para evaluar el cumplimiento de la dieta cuando se sigue una intervención nutricional, es su complejidad y el tiempo que requieren. Este hecho tiene en numerosas ocasiones como consecuencia una pérdida de participantes bastante destacable, siendo necesaria la aplicación de un instrumento más sencillo. En comparación, el AP-Q que han desarrollado estos autores, se trata de una herramienta que abarca 10 categorías fundamentales de la dieta y de los factores relacionados con los estilos de vida, siendo un instrumento muy fácil de usar.
En su formato actual, fue diseñado en formato de papel. Sin embargo, el AP-Q podría ser modificado para crear una versión electrónica. Como se ha señalado anteriormente, con una validación adecuada en poblaciones específicas, la simplicidad del instrumento propuesto podrá facilitar las entrevistas nutricionales, siendo también muy útil en el contexto clínico. Por otra parte, es necesario destacar, que, aunque las propiedades métricas de las categorías y dimensiones del AP-Q han sido robustas, son necesarias investigaciones adicionales sobre la reproducibilidad y la validez de esta nueva propuesta.
El AP-Q evalúa las diferentes categorías y dimensiones incorporadas en el HFP, incluyendo los factores de los estilos de vida, los hábitos de salud, el sueño, las técnicas culinarias y la actividad física, que no han sido evaluados en otros cuestionarios, ya que estos últimos solo suelen centrarse en factores dietéticos. Estas categorías que han sido consideradas en este instrumento son importantes para evaluar la salud y la influencia de los patrones de dieta. En este estudio, los factores de los estilos de vida han mostrado correlaciones positivas con otras categorías, como los hábitos saludables, el vino y la cerveza y los cereales y fueron inversamente correlacionados con la ingesta de agua.
La correlación positiva entre la categoría de los factores de los estilos de vida y las bebidas alcohólicas, como el vino y la cerveza, podrían estar relacionadas con la controversia actual entre los posibles beneficios para la salud de los polifenoles en el vino frente a los efectos nocivos del alcohol. Sin duda alguna, uno de los grandes retos, es la educación nutricional para mejorar la adhesión a los hábitos dietéticos saludables. Por consiguiente, se espera que el AP-Q sea una herramienta muy útil en la investigación epidemiológica.
Conclusiones
El instrumento AP-Q es un nuevo cuestionario que mide la adhesión de los patrones de alimentación a las recomendaciones de la pirámide de alimentos saludables para población española. Esta herramienta combina algunas ventajas de los métodos usados de forma más común para estimar la ingesta de alimentos. La inclusión de información adicional de factores relacionados con los estilos de vida, la actividad física, el sueño y el equilibrio emocional, hace que este instrumento sea más global para detectar cambios en el comportamiento durante las intervenciones nutricionales.
Enlace a la referencia
Para acceder al documento completo y obtener más información, puede consultar el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/12/6/1656