El pasado 3 de octubre se celebró un seminario en Valladolid sobre los edulcorantes no calóricos y bajos en calorías como sustitutos del azúcar, tratándose tres aspectos fundamentales: La descripción, clasificación e implicaciones en la salud de los edulcorantes, la seguridad y aspectos toxicológicos, y las últimas investigaciones sobre los edulcorantes y la microbiota.
El consumo de azúcares ha aumentado en todo el mundo, por lo que existe una gran preocupación por sus efectos en el desarrollo de algunas enfermedades como la obesidad y el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2. Por esta razón, varias instituciones entre ellas la Organización Mundial de la Salud, han recomendado reducir el consumo de azúcares libres. Los edulcorantes son sustitutos de los azúcares, con sabor dulce pero sin presentar prácticamente impacto sobre la ingesta calórica.
Los edulcorantes no-calóricos y bajos en calorías son los ADITIVOS que proporcionan el sabor dulce a los productos alimenticios, es decir, sustituyen a los azúcares como ingrediente que endulza.
¿Son tóxicos los edulcorantes no-calóricos sintéticos?
“A veces se cuestiona la posible toxicidad debido al desconocimiento de la metodología utilizada para su evaluación y la incorrecta interpretación de los ensayos de toxicidad.”
Respecto a los aspectos toxicológicos, en general, los edulcorantes no-calóricos sintéticos son los más cuestionados en relación con la seguridad. Dentro de los no-calóricos artificiales, se sitúan la sucralosa, la sacarina y el acelsufamo-K. Sólo los aditivos alimentarios que figuran en la legislación de la Unión Europea pueden añadirse a los alimentos y ello sólo se permite en condiciones muy concretas. La seguridad de todos los aditivos alimentarios autorizados ha sido evaluada por la EFSA (European Food Safety Authority), teniendo en cuenta todos los datos científicos disponibles para determinar si el aditivo es cancerígeno. Si se concluye que no lo es, se fija una ingesta diaria admisible (IDA) y si ésta no se supera se considera segura la utilización del aditivo. A veces se cuestiona la posible toxicidad debido al desconocimiento de la metodología utilizada para su evaluación y la incorrecta interpretación de los ensayos de toxicidad. Actualmente, los ensayos en animales son el principal medio disponible para estudiar la toxicidad de una sustancia aunque la extrapolación a humanos es muy compleja. En la práctica se admite como válido, utilizar dosis altas en animales de experimentación para descubrir posibles riesgos en humanos, lo que es muy importante en la interpretación de los resultados obtenidos. Existen numerosos ensayos para estudiar los diferentes efectos de los tóxicos, siendo necesario analizar los resultados en el contexto de toda la evidencia disponible. En general, las noticias que aparecen sobre la peligrosidad de los edulcorantes se basan siempre en publicaciones aisladas, que en muchas ocasiones no se pueden tener en cuenta.
Conclusión: Por lo tanto, con los datos disponibles en la actualidad no hay evidencias que indiquen efectos cancerígenos en los edulcorantes autorizados cuando no se supera la IDA.
Edulcorantes, como sustitutos del azúcar, y la salud
“El consumo de edulcorantes no-calóricos no estimula las preferencias de sabor dulce..”
Hay evidencia de que los edulcorantes no modifican de forma negativa ni la glucemia, ni el apetito, ni el peso corporal en adultos. Por otra parte, también en relación a la salud dental, mantienen la mineralización dentaria y en especial, disminuyendo la desmineralización dentaria si se consumen en reemplazo de los azúcares. Por otra parte, la Asociación Americana de Diabetes, concluyó en sus recomendaciones en 2017, que el consumo de edulcorantes no-calóricos tiene el potencial de reducir la ingesta total de calorías, sin que genere la necesidad de compensar esa reducción de calorías a través de la ingesta de otros alimentos. Por lo tanto, la mayor parte de la evidencia en humanos no respalda la afirmación de que el consumo de edulcorantes no-calóricos estimule las preferencias de sabor dulce. Por consiguiente, se pueden recomendar alimentos endulzados como parte de un plan de alimentación saludable.
Edulcorantes y la microbiota
Tal y como se explica en relación con su toxicidad o posibles efectos adversos, los edulcorantes están sujetos a un estricto control de seguridad por organismos encargados de la Seguridad Alimentaria. Los edulcorantes autorizados tanto por la EFSA como por la FDA y otras instituciones internacionales, como JECFA e IARC, son seguros de consumir dentro de los niveles de la ingesta diaria admisible (IDA). Sin embargo, se ha cuestionado su seguridad basándose en posibles alteraciones de la microbiota. Por ese motivo, se llevó a cabo una revisión sobre la relación entre el consumo de edulcorantes sin calorías y la microbiota, seleccionándose 133 artículos (la mayor parte son estudios en animales). Entre los edulcorantes no-calóricos, únicamente la sacarina, la sucralosa y los glucósidos de esteviol, a grandes dosis, dan lugar a cambios en la microbiota animal, aunque no se conoce su impacto sobre la salud humana. Los edulcorantes basados en derivados de aminoácidos, no ejercen cambios en la microbiota intestinal. Es destacable que los edulcorantes de tipo poliol, se comportan como probióticos aumentando las bifidobacterias.