Se ha publicado recientemente en la revista Nutrients, un artículo original sobre la puntuaciones de calidad de la dieta (Diet Quality Scores) y factores de riesgo cardiometabólico en niños y adolescentes mexicanos mediante un análisis longitudinal.
A continuación, os mostramos un resumen de esta investigación original que han elaborado estos autores. La autoría original de este manuscrito corresponde a Abeer Ali Aljahdali, Karen E. Peterson, Alejandra Cantoral, Edward Ruiz-Narvaez, Martha M. Tellez-Rojo, Hyungjin Myra Kim, James R. Hébert, Michael D. Wirth, Libni A. Torres-Olascoaga, Nitin Shivappa y Ana Baylin.
Para comenzar
La prevalencia de obesidad infantil está aumentando a nivel mundial. En la región de América Latina la prevalencia en niños y niñas de 5 a 19 años aumentó del 1,6%, y del 1,8% en 1975 a 10,4% y 13,4% en 2016, respectivamente. La obesidad infantil se asocia con un aumento de la prevalencia de anomalías cardiometabólicas. Las anomalías cardiometabólicas son factores de riesgo para desarrollar en la edad adulta enfermedades cardiovasculares (ECV), incrementan la mortalidad relacionada con el sistema cardiovascular, la mortalidad por cualquier causa y otras enfermedades crónicas. Sin embargo, hay evidencias limitadas sobre los efectos de la dieta en los perfiles cardiometabólicos durante la transición puberal.
El objetivo de esta investigación
El objetivo de este estudio fue investigar la relación entre las puntuaciones de la calidad de la dieta, medidas mediante los índices DASH, aMedDiet y el Índice de inflamación de la Dieta Infantil (C-DIITM) y los factores de riesgo cardiometabólico, utilizando un diseño de estudio de medidas repetidas entre jóvenes mexicanos pertenecientes al estudio Exposición Temprana a Tóxicos Ambientales en México (ELEMENT).
Algunas cuestiones metodológicas importantes
Este análisis incluyó a 574 pertenecientes al estudio Exposición Temprana en México a los Tóxicos Ambientales (ELEMENT), en los que se realizó un seguimiento hasta en tres ocasiones. Se aplicaron los 3 índices, citados anteriormente: puntuación de la dieta para detener la hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension, DASH), índice de la dieta mediterránea alternativa (aMedDiet) y el Índice de Inflamación de la Dieta Infantil (C-DIITM). Las puntuaciones más altas del índice DASH y del aMedDiet reflejaban una dieta de mayor calidad, y las puntuaciones más bajas del C-DIITM significaban una dieta más antiinflamatoria. Los factores de riesgo cardiometabólico estudiados en esta investigación, fueron el perfil lipídico, la homeostasis de la glucosa, la presión arterial y el perímetro de la cintura. Desde el punto de vista estadístico, se utilizaron modelos lineales mixtos entre los cuartiles de cada dieta y las variables resultados que habían sido estudiadas.
Principales resultados
En comparación con el primer cuartil, el cuarto cuartil de la puntuación según el índice DASH se asoció de forma inversa con el logaritmo de la insulina sérica (UI/ml), β=0,19, valor-p = 0,0034 y el logaritmo de la evaluación del modelo homeostático de resistencia a la insulina, β=0,25, valor-p = 0,0008. Además, el logaritmo de los triglicéridos séricos (mg/dl) se asoció de forma lineal con la puntuación aMedDiet, β=0,03, valor p = 0,0022. Los niños en el cuartil más alto del aMedDiet presentaron unos niveles mayores de colesterol HDL en suero (mg/dl) β= 4,13, valor p = 0,0034, en comparación con el cuartil de referencia.
Investigaciones futuras
En relación con los hallazgos observados en esta investigación, se justifica la realización de estudios para mejorar las evaluaciones dietéticas mediante la inclusión de aspectos de los hábitos alimentarios y conductas alimentarias que en numerosas ocasiones no son considerados en este tipo de herramientas. Por consiguiente, los patrones dietéticos saludables pueden tener un efecto nulo o muy modesto en los resultados de la salud cardiometabólica, en comparación con el mayor tamaño de los efectos perjudiciales de los patrones alimentarios no saludables. Los autores de esta investigación recomiendan complementar la evaluación de la calidad de la dieta con índices de conductas alimentarias poco saludables, es decir, el consumo de alimentos ultraprocesados y de baja calidad nutricional, lo cual es de gran interés debido a que México presenta las mayores ventas anuales per cápita de alimentos y bebidas ultraprocesadas en toda América Latina y el cuarto más alto a nivel mundial.
Para saber más sobre estos índices de calidad de la dieta
Tras agrupar los alimentos del cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos según sus propiedades nutricionales, los autores calcularon los índices DASH y aMedDiet de forma similar a los métodos propuestos por los autores que los desarrollaron de forma inicial. Para tener en cuenta los efectos de la edad y el sexo en la ingesta dietética, los autores agruparon la muestra en 20 estratos basados en incrementos de dos años y por sexo utilizando un enfoque previamente publicado.
En relación con el índice DASH, la ingesta se clasificó de forma ascendente en quintiles para cada uno de los ocho componentes. A continuación, se estableció una puntuación de 1 a 5 para cada cuantil. Para cada uno de los siguientes componentes, frutas, verduras, frutos secos y legumbres, productos lácteos bajos en grasa y cereales integrales, fueron asignados de 1 a 5 puntos del quintil 1 al quintil 5 respectivamente. Para el sodio, las carnes rojas y procesadas y las bebidas azucaradas fueron asignados de 5 a 1 punto del quintil 1 al quintil 5, respectivamente. Las puntuaciones de los componentes se sumaron, y el rango posible de puntuaciones fue de 8 a 40.
La puntuación del índice aMedDiet fue también la suma de ocho componentes. Para los componentes de las frutas, las verduras, los cereales integrales, los frutos secos, las legumbres, el pescado y el ratio de ácidos grasos monoinsaturados y saturados, si la ingesta era superior a la mediana según edad y sexo, se otorgaba una puntuación de 1. Por otro lado, para el grupo de carnes rojas/procesadas, si la ingesta era inferior o igual a la mediana específica por edad y sexo, se otorgaba una puntuación de 1. El rango de valores posible fue de 0 a 8 -de 9- debido a la eliminación del componente del alcohol al tratarse de este grupo de población de riesgo. Para los índices DASH y aMedDiet, los valores más altos indicaban una mayor adhesión al patrón dietético (es decir, los individuos consumían más alimentos o grupos que caracterizan el patrón dietético).
Para aprender más sobre índices de calidad de la dieta
Si te interesa conocer más sobre los diferentes tipos de índices de calidad de la dieta y sobre su aplicación e interpretación, puedes consultar nuestro curso realizado junto con el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP). Toda la información está disponible en el siguiente enlace: https://www.finut.org/cursos_online/parte-2-nueva-metodologia-para-la-investigacion-en-la-dieta-de-poblaciones/
Conclusión
En esta investigación realizada en niños y en adolescentes mexicanos, se han encontrado asociaciones protectoras entre una mayor calidad de la dieta y factores de riesgo cardiometabólico (triglicéridos, HDL-C, insulina y HOMA-IR). Son necesarios más estudios para validar el uso de las índices de calidad de la dieta en población infantil y joven.
Enlace a la referencia
Para conocer más detalles sobre esta temática, puede consultar la publicación que realizaron los autores a texto completo en el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/2072-6643/14/4/896